Paysandú, Jueves 04 de Febrero de 2010
Deportes | 01 Feb Hay que dar rápidamente vuelta la página y no seguir viviendo de lamentos. La eliminación de la selección mayor del fútbol sanducero en forma tempranamente increíble no tiene explicación lógica si se tiene en cuenta que tuvo a su frente al técnico campeón de todo en el ámbito local con Bella Vista, y jugadores experientes que han derrochado fútbol no solo en las canchas sanduceras sino y en el profesionalismo.
Está claro que la explicación la tienen todos quienes integraron este proceso fallido. Pero hay que sacarle jugo a lo negativo. Este tipo de situaciones traumáticas tiene su lado positivo, porque tampoco está bien todo cuando se gana aunque no se lo quiera ver.
Es hora de aprender de los errores, de estos cimbronazos no deseados. Y en ese aspecto, desde la Liga de Fútbol se tiene que tomar conciencia de que hay que evaluar lo que tiene que ver no solo a las selecciones, sino al fútbol sanducero todo: desde las formativas hasta la Primera División.
Es que, hay que decirlo, cerrada la primera fase del Litoral Norte lo de Paysandú es fracaso más allá de que la Sub 18 siga en carrera. Porque no hay que mentirse: la Sub 18 sigue por el simple hecho de que OFI interpretó que clasificaban dos selecciones a la siguiente instancia y no una como sí habían votado las Ligas que integran el Litoral Norte.
De aquí en más será tiempo de reflexionar e intentar de cambiar, de una vez por todas, la mediocridad que envuelve al fútbol sanducero todo. Porque si las selecciones son un fiel reflejo de lo que sucede en el fútbol de entrecasa, está a la vista que estamos en el horno y lo que en las canchas sanduceras reluce como oro, a la hora de salir del cascarón nos encontramos que el oro se transformó en bijouterie. Brillante, pero simple bijouterie al fin.
Por eso hay que aprovechar la oportunidad para darle un giro a la actividad local, de hacer una competencia menos light, con mayor actividad, más competitividad y, sobre todo, tener un lineamiento de trabajo en serio que abarque un amplio espectro.
Luego vendrá el trabajo de hacer más atractiva la temporada porque, está claro, el fracaso de la selección mayor repercutirá seguramente en el hecho de que la gente vuelva a las canchas. Y se palpa en la calle, donde los hinchas sienten cómo duele todavía el rostro tras el cachetazo que le dio como respuesta la selección mayor.
Las selecciones deberán ir acompasadas a ese trabajo. Y una posibilidad es que se le dé cabida a las viejas glorias del fútbol sanducero, a técnicos y jugadores que supieron vestir la Blanca con éxito, a evaluar en serio los informes de aquellos que no pudieron coronar con una vuelta olímpica sus participaciones. También a los jueces, a viejos dirigentes que sin tener que sumarse a una Liga complicada bien pueden dar su punto de vista desde afuera que, en definitiva, es el más objetivo.
Es cierto que los tiempos cambiaron, pero siempre se pueden actualizar las situaciones de antaño para dar una vuelta de timón que debe ser grande y rápida más allá de que habrá que pensar y mucho cómo se puede hacer para pisar fuerte.
Se podrá decir que es cuestión de dinero, y es la respuesta más fácil.
Pero no siempre la falta de apoyo viene del desinterés del que está en condiciones de dar una mano, sino que la mayoría de las veces no existe un proyecto serio de verdad. Muchas veces es una consecuencia y no una causa. Porque, en definitiva, la culpa no siempre la tienen los de afuera. STB
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