Opinion | 29 Ene La planta de suero en polvo construida por la empresa Pili en las proximidades de Parada Esperanza y a unos 15 kilómetros de Paysandú ha logrado un funcionamiento óptimo ratificando lo acertado de la inversión y confirmando la pertinencia de la idea de trasladar la totalidad de la planta a ese emplazamiento.
De acuerdo a datos proporcionados por el director de la empresa Homero Nolla la recién estrenada planta tiene una producción de 225.000 kilos por mes de suero en polvo y desde su inauguración en octubre comenzó a exportar a Filipinas, Singapur, Malasia y Taiwán además de a Venezuela, Chile y Brasil dentro de América Latina.
Mientras tanto, si bien el éxito de las ventas y los precios de colocación de la producción dependen de los sinuosos vaivenes de valores del mercado internacional la empresa ha tenido una buena inserción en mercados diversos logrando un equilibrio que mantiene satisfechos a los emprendedores.
El éxito del emprendimiento asumido con riesgo y responsabilidad ha permitido plantearse nuevas metas, entre las que se encuentra el traslado de la planta de producción láctea al mismo predio en Parada Esperanza. Como es notorio el espacio con el que cuenta la firma en su edificio (prácticamente céntrico en Vizconde de Mauá e Ituzaingó) es insuficiente y causa dificultades logísticas para el funcionamiento de la propia planta y dificultades en la convivencia con el ritmo de circulación vial de la ciudad.
Evidentemente resulta comprensible que un traslado de semejantes características se realice gradualmente y a partir de pasos cortos y firmes. Sin embargo la ganancia en tranquilidad y seguridad para el desempeño de la tarea industrial seguramente será exponencial. Gratifica ser testigos de la calidad sanducera de exportación, lograda con trabajo y compromiso. El camino se hace al andar, lo importante es mantenerse avanzando.