Paysandú, Sábado 06 de Febrero de 2010
Deportes | 01 Feb Julio César Coiro ganó todo. Llevó a la selección de Paysandú al sitial más alto, y supo ser un coleccionador de triunfos al punto que es el técnico más ganador del fútbol sanducero.
Por eso el “Gringo” es palabra santa a la hora de hablar de fútbol, y es un placer escuchar su percepción sobre el deporte y la realidad del mismo. Y su opinión, como la de otros entrenadores que han tenido una excelente participación al frente de los seleccionados, debe ser tenida en cuenta o al menos escuchada; pero increíblemente Coiro, así como otros tantos, son ignorados por quienes guían los destinos del fútbol sanducero.
Por eso valía la pena conocer su opinión respecto a lo sucedido con la selección mayor, eliminada tempranamente del Litoral Norte.
“Hay que mirar distinto”
“Creo que a su manera, el técnico eligió bien; pero a lo mejor se le escapó un detalle: los jugadores eran los mejores en Paysandú, pero en las canchas del Litoral hay que mirar distinto. Hay mucha juventud que juega bien, pero en esas canchas hay que pisar fuerte. Y quizá el trabajo no alcanzó para desengañar un poco a la juventud”, dijo Coiro al iniciar la conversación.
El entrenador afirmó además que “estoy relativamente cerca de Betti y creo que el trabajo se hizo bien. Pero se chocó con eso de que ni él ni los jugadores se dieron cuenta de que las canchas eran distintas. Quizá haya faltado lo que yo llamo ‘hombre-jugador’, porque eran muy poquitos; contando bien, creo que eran solo dos. El resto era inmaduro, más con la manera de ser, de vivir la juventud de hoy que no se cuida. Y la Liga no dispone de buenas concentraciones, de alimentación adecuada, y eso también influye”.
Coiro insiste que “una cosa es tener un ‘jugador-hombre’, y otra cosa es la que se necesita para los Litorales fuertes, para los que se necesita un ‘hombre-jugador’. Esa es mi visión, pero en la época en la que vivimos es difícil que el jugador se cuide, y también hacerle entender que hay que tener más humildad. Yo veía en el diario que todos dijeron que tenían como objetivo salir campeones. Ninguno dijo ‘vamos a ver a dónde llegamos, pasar de fase, intentar llegar lo más lejos’. Es cierto que en el momento en el que uno está en una selección quiere ser campeón, pero hay que ser más humilde. Estaban muy confiados”.
“El técnico trabajó bien y tenía muy buenas intenciones; me había comentado que se había aprontado para jugar con una táctica de visitante y otra de locatario, pero no le dio mucho resultado. O quizá, como él dijo, no le llegó a los jugadores. Pero cuando no se llega jugando al fútbol se pone garra, porque en estos torneos muchas veces se gana a ponchazos. Se precisa otra cosa. Y creo que hay una juventud de mucho futuro, pero inmadura totalmente para estos campeonatos”, agregó.
El entrenador sanducero más ganador aseguró además que “esto hay que encararlo de otra manera, con una base más firme, con tiempos más firmes. Me da la impresión de que viajamos sobre la hora, no se puede tener al plantel ni medio día concentrado, y eso no es bueno. ¿Sabe todas las conclusiones que se sacan al menos con medio día de concentración? Muchas, y con solo mirar a los jugadores. Uno ve cuál está bien y cuál está mal. Y además, cuando los jugadores suben al ómnibus andan con la humildad por el suelo, y lo único que se escucha es ‘vamos a ganar’”.
Y tiró una frase que quedó flotando en el ambiente, pintando la pobreza de los torneos de hoy: “antes con siete jugadores buenos se podía salir campeón. Hoy se necesitan tres”.
“Hoy no se evalúa a nadie”
Coiro afirmó además que “falla la parte del dirigente”, y recordó situaciones vividas cuando estaba al mando de planteles sanduceros. “Le voy a recordar algo de los años en los que estuve. Yo presentaba el plantel que había citado y la Coordinadora lo evaluaba y me preguntaba por qué estaba fulano y por qué faltaba mengano. Nunca me hicieron el cuadro ni lo pretendieron, pero sí me pidieron respuestas. Hoy no se evalúa a nadie porque, por ejemplo, ahora el técnico se nombró porque fue campeón, pero nadie se planteó cómo trabajaba. Está en la parte directriz exigir un poco más, no conformarse con lo que pasó acá durante el año, sino analizar qué pasó y por qué pasó”. Con Coiro se puede hablar un largo rato sin que se note el paso del tiempo. Pero pese a su rica experiencia, la visión de la experiencia parece no ser tenida en cuenta. “¿Si alguien me ha llamado para consultarme algo? No...nunca ningún técnico me consultó algo. A veces sí llegaba yo a un técnico para preguntarle por algún jugador sobre el que tenía mis dudas. Antes se conversaba más, había más acercamiento incluso entre todos los técnicos de Paysandú. Hoy no sé por qué no sucede, parece que todos tienen todo ganado y que saben todo”, dijo.
Tampoco nunca recibió un pedido de opinión desde la Liga. “Nunca me llamaron de la Liga, pero no soy de fijarme en esas cosas. Yo hice lo mejor posible, me salieron las cosas bien y mal, aunque creo que fueron más las cosas buenas. Y estoy tranquilo en mi casa, siempre agradecido con toda la gente del fútbol. Sí hemos presentado muchos proyectos con la Asociación de Entrenadores, pero nunca tuvimos respuesta”, dice.
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