Locales | 31 Ene Los empresarios que elaboran productos de panificación coincidieron en señalar a EL TELEGRAFO que se está vendiendo harina de baja calidad y que ante las adversidades climáticas que afectaron al trigo se va a hacer más riesgoso el empleo de harinas comunes y que las de mejor calidad deberán pagarse a mayor precio, en tanto subrayaron que por falta de controles no se ha abatido la incidencia del contrabando y el informalismo en el sector.Consideraron que es muy riesgoso usar harinas de baja calidad, por cuanto existe la posibilidad de tener que descartar lo que se ha amasado y tener pérdidas muy considerables, “o terminar poniendo todo para pan rallado”, en tanto los problemas se “han agravado este año con la harina, por cuanto las lluvias han afectado la calidad del trigo y ello se traduce en que hay ciertas harinas que dejan mucho que desear en cuanto a la calidad de la molienda”.
Por lo tanto, se percibe “que se va a tener que pagar más la harina buena,” lo que influye asimismo en la diferencia de precios y calidad que se pueda tener entre las respectivas panaderías, pero igualmente consideraron que el factor fundamental radica en la competencia desleal que ejercen quienes trabajan dentro del informalismo.
Los controles dejan mucho que desear, coincidieron, tanto respecto a los locales que no están registrados “como en el contrabando que pasa por el puente. Se ingresa tanto pan elaborado como harina, y en las fiestas de fin de año fue enorme el trasiego de pan de sándwiches desde Colón, porque esto sigue y la gente busca su ventaja ante la diferencia de precios. No estamos contra la gente que vaya a buscar la ‘diaria’, pero sí contra quienes lo hacen por negocio”.
“al que está legal
lo complican por cualquier cosa”
Uno de los empresarios fue cáustico al manifestar que “no hay controles, acá cualquiera vende, cualquiera hace tortas fritas en la playa y vende, y al que está instalado legalmente lo complican por cualquier cosa. Hay una gran dualidad de criterios en las autoridades y siempre lleva las de perder el que trata de trabajar dentro de la legalidad”.
Acotaron que está condicionada severamente la fuente de empleo del sector en Paysandú, porque además “tenemos un alto costo laboral”, y “tenemos muy altos costos por el uso de electricidad y agua. Este última es cara, la luz es carísima, y la rebaja de UTE que se anuncia no nos comprende a nosotros, como tampoco a la enorme mayoría de la población, porque sirve para quienes consumen hasta cien kilovatios y en menor medida a los de doscientos. Nosotros consumimos mucha electricidad y también agua, porque se utiliza mucho en la limpieza, mucho más que en la elaboración” propiamente dicha.
Subrayaron paralelamente que “estamos con mercadería perecedera, y este es un aspecto a tener en cuenta, porque lo que hoy vale un precio mañana hay que descartarlo o vale una décima parte, lo que también influye en los costos. Eso lleva a trabajar sobre pedidos y lamentablemente a quedar desabastecido el día que hay una demanda que sobrepasa las expectativas, por alguna causa”.
“Pero claro, muchas veces los clientes avisan a último momento, porque están igual que uno, midiendo lo que se va a necesitar”, acotaron.