Policiales | 06 Feb Un voraz incendio se desató en la madrugada de ayer en el edificio donde funcionaba la antigua aceitera Indhar, en Juncal e Ituzaingó, y consumió más de mil fardos de alfalfa, un automóvil, una lancha, pinturas y otros elementos allí guardados. Una dotación completa de Bomberos debió trabajar en el siniestro hasta pasadas las 8 de la víspera, por lo que debieron efectuar unos diez viajes en procura de abastecimiento.
De acuerdo a información extraoficial recabada por EL TELEGRAFO el fuego comenzó pasada la medianoche y aunque se desconocen las causas no se descarta que haya sido intencional, puesto que esta semana había sido blanco de delincuentes en al menos dos oportunidades. Tres días atrás, desconocidos habían ingresado al galpón al parecer con intenciones de hurtar cables para extraer el cobre y venderlo, ocasión en que los habían quemado sin originar ningún desastre, por lo que cabe la hipótesis de que algo así haya sucedido en esta oportunidad, dando comienzo al foco ígneo. Aunque tampoco se desestima que el incendio se haya generado por autocombustión de la alfalfa y el alto índice de humedad reinante. Paralelamente, el lugar carecía de energía eléctrica, lo que descarta la generación de cortocircuitos.
En el galpón --de 12 metros por 30-- se almacenaban cerca de 1.200 fardos de alfalfa que estaban colocados en grandes estanterías de madera y que habían sido llevados hacía poco menos de 20 días. Además había un automóvil Fiat en desuso, una lancha (confeccionada en fibra de vidrio) con motor y varios tarros con pintura. Sin embargo, tanto la lancha como el vehículo estaban sin combustible ni batería, por lo que se descarta que allí se haya iniciado el incendio.Complicado trabajo
para Bomberos
Cuando la primera dotación de Bomberos llegó al lugar, las llamas se habían esparcido en gran parte del galpón y desde varias cuadras de distancia se podían observar las inmensas columnas de humo.
De inmediato el jefe de Bomberos, Crio. Walter Pérez, solicitó más personal para trabajar en la extinción del fuego y se desplegó una cuadrilla de más de 12 hombres en una tarea que se tornaba complicada debido a que los fardos demoran en consumirse y mantienen dentro la temperatura, lo que facilitaba la propagación del siniestro.
Pocas horas después se derrumbaron el techo y parte de las estructuras internas del edificio, lo que hizo aún más difíciles las tareas de enfriamiento y posterior remoción de chapas y escombros. Pasadas las 8, el fuego se había extinguido completamente, debiendo Bomberos aguardar las condiciones necesarias para pasar a la etapa de remoción a fin de cerciorarse de que no hubiera quedado ningún foco activo. Ya a media mañana y con ayuda de camiones de la Intendencia y dos excavadoras fueron retirados los escombros, en medio del temor por el derrumbe de la pared orientada hacia Ituzaingó. Finalmente, próximo a las 14, personal del Destacamento de Bomberos dio por finalizada su labor en el lugar.