Opinion | 08 Feb Mucho se habla en estos tiempos de la participación ciudadana. Y el medio ambiente no puede ser una excepción en esto. La Facultad de Ciencias lanzó la campaña “Se busca vivo o muerto”, que impulsa la búsqueda del caracol Rapana venosa. La campaña procura la divulgación y sensibilización sobre el peligro de este molusco sobre la malacofauna nativa, específicamente sobre la población del mejillón en Uruguay.
Además de distribuir material gráfico, la ciudadanía tiene la oportunidad de ser parte activa en el control de este caracol. La recolección de cada ejemplar se retribuye con un peso, canjeables en centros identificados en los afiches. Con su participación en esta campaña, la población contribuye además a la Base de Datos Nacional sobre Especies Exóticas Invasoras.
Según el Ministerio de Medio Ambiente, el molusco Rapana venosa es una especie bentónica, habitante del submareal. Es predador de moluscos, el cual usualmente se alimenta de ostras, mejillones y almejas. Es originario del mar de Korea y actualmente se encuentra distribuido en diversos ecosistemas costeros del mundo. En la zona costera uruguaya, se lo ha encontrado en la costa de Maldonado y recientemente describen una ampliación en su distribución en la zona externa del Río de la Plata.
Una de las causas más importantes de pérdida de biodiversidad en el planeta, junto con la destrucción de hábitat, es la invasión de especies exóticas. Estas especies se propagan sin control en hábitats naturales o artificiales y ocasionan disturbios ambientales, algunos de los cuales pueden ser irreversibles. Así como en muchas regiones del mundo, en Uruguay también la introducción voluntaria o involuntaria de especies exóticas está causando impactos sobre los sistemas naturales. Algunas de ellas han logrado atravesar los diferentes filtros ambientales, constituyéndose en especies exóticas invasoras y ocasionando problemas en diversos recursos naturales de nuestro país.
Más allá de estar contribuyendo al control y erradicación de esta especie invasora, la población estará trabajando activamente en beneficio de la conservación de nuestra biodiversidad. Aunque existe un beneficio económico, que se podría considerar simbólico, merece destacarse la inclusión de la población en el cuidado del medio ambiente. En necesaria la participación de todos porque es un tema que nos compete sin excepción.