Opinion | 04 Feb Las torrenciales lluvias que en los últimos meses han caído sobre Paysandú cuentan con una particularidad bastante inusual hasta el momento: en cortos períodos son capaces de descerrajar hasta más 100 milímetros. Desde su inicio, el verano ha sido lluvioso y las precipitaciones han tenido esta característica, lo que ha ocasionado múltiples problemas a los sanduceros, que van desde contratiempos simples como alguna filtración en los techos hasta verdaderos dramas familiares producto del anegamiento de las viviendas por las aguas.
La situación afecta especialmente a los vecinos de asentamientos ubicados en las cercanías del arroyo Sacra pero también a casas ubicadas en disímiles lugares de la ciudad que se han visto literalmente inundadas debido a riadas torrenciales que no encuentran por dónde escurrirse.
Las autoridades municipales lo admitieron claramente en el último episodio de lluvias el martes: han puesto en jaque al sistema de desagües urbano, que es insuficiente para enfrentar situaciones de este tipo.
La observación puede hacerla cualquiera que transite por alguna de nuestras calles cuando cae más que un aguacero. Incluso en el centro de la ciudad, las calles se vieron desbordadas y en muchos lugares donde antes esto no ocurría el agua subió la vereda. Ni hablar del drama que para vecinos de distintos barrios genera la inundación de viviendas que implica generalmente importantes pérdidas personales. Si para muestra basta un botón, pensemos en casas que nunca antes habían pasado por situaciones como ésta y sin embargo en las últimas lluvias han tenido hasta medio metro de agua adentro.
Que el cambio climático no es cuento es algo que hoy muy pocos discuten. Sin embargo, no estamos preparados para enfrentarlo. La reacción de las sociedades para este tipo de cosas suele ser lenta y las consecuencias están a la vista. Quizá luego de la fase de El Niño que estamos viviendo vengan períodos muy secos, quizá no. Los más vulnerables serán siempre quienes padecerán las peores consecuencias. Y cierto es que, a pesar de algunas obras importantes de pluviales que se han hecho en ciertas zonas --como la canalización de Sacra y La Curtiembre--, el sistema de alcantarillados y desagües de Paysandú no está a la altura de las circunstancias. Un tema para pensar entre todos y, en especial, quienes aspiran a estar en el próximo período de gobierno municipal.