PRIMO ANTONIO FACCHÍN

Locales | 12 Feb Nacido en 1950, Primo Antonio Facchín es el mayor de cuatro hermanos y en octubre cumplirá sesenta años. Además de sus hermanos –que también están en el lugar– vive junto con su esposa Ana Isabel Belvisi y su hija Ana Carolina, en una chacra ubicada entre el kilómetro 38 y 39,500 de la Ruta 90, en el paraje conocido con el nombre de “Kilómetro 171”.
Facchín es reconocido por los vecinos por su hombría de bien, siempre al servicio de los demás, y si bien actúa en política como edil del partido colorado en la Junta local de Piedras Coloradas, sus colegas de los otros sectores no dudan en afirmar que es un vecino “de principios”.
Como pequeño productor cría gallinas, pollos, patos y pavos, así como ovejas, vacas y caballos. “Hay que hacer siempre el bien y no importa a quien”, comenta brevemente.
Según Primo Antonio ello se desprende de un consejo que oportunamente le dieran sus padres, que según recuerda llegaron a este lugar por el año 1913. Mientras sus abuelos – Joaquín Facchín y Dorotea Ruiz Díaz – vinieron desde la lejana Italia.
Repasando viejos tiempos comenta que “al parecer antes daba la sensación que aquellas épocas, eran mejores porque tenías una determinada cantidad de dinero y te aguantabas mucho más que en el presente. Pero, hoy por hoy andas con un montón de pesos y al ratito no te queda nada. Como que la plata alcanzaba porque no había cosas para comprar como ahora. Es que en el presente hay mucho más ofertas de cosas materiales que antes. Muy de vez en cuando se veía algún estanciero sofisticado y muy rico en un Ford T, porque el resto andábamos de a caballo. Eran otras épocas, porque ahora cualquier gurí de escuela anda con un celular en el bolsillo de la túnica y tiene su buena motito para ir a estudiar. Antes parecía que la cosa era más fácil para nosotros, pero ahora hay que ir actualizándose y eso también es entendible”.
Agradece a su actual esposa que le aconsejó comprar un terreno en esta zona del departamento, cercano a la ruta y a pocos metros de una parada de ferrocarril. Con el agregado de tener agua, teléfono y ómnibus que cruza por la puerta de su casa.
“También reconozco en la figura de mi padre, que por el año 1962 le compró unas parcelas para sus cuatro hijos a don Ramírez. Luego la sugerencia acertada de quien por aquellos tiempos era mi novia compré yo también un campito. También tengo que agradecer al jefe regional de Antel Paysandú ya fallecido, don Sergio Alciaturi y a don Ricardo Pesce quien fue el impulsor de la habilitación de una centralita telefónica”.
También reflexionó sobre otros aspectos de la vida y de la producción en el campo. En tal sentido y en oportunidad de efectuarse la sesión del consejo de ministros en villa Quebracho – el miércoles 20 de setiembre de 2006 – tuvo la posibilidad de hablar con el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de aquel entonces, José Mujica. “Recuerdo que me dijo que él quería multiplicar las cabezas de ovinos y bovinos. Yo le dije, ‘sí señor ministro yo estaría encantado de producir más animales. Soy nacido y criado en el campo y me gustaría producir para todos, pero necesitamos más tierra’. Fue así que le nombré al pasar unas trece estancias, arrancando desde Algorta hasta llegar al kilómetro 39,500 del último campo que era de don Diego Estévez. Pero vinieron las forestales y nos comieron. Ahí nos quedamos y estamos peludiando. Pero, yo soy uno de los que no quisiera más la extranjerización de la tierra. Necesitamos campo para producir”, agregó.
Asumió como edil por el partido colorado el martes 27 de setiembre de 2005 a las 11:40 cuando el intendente Julio Pintos instaló la junta local de Guichón. Posteriormente en la Junta local de Piedras Coloradas.
Lo reconforta mucho que ediles de otros partidos reconozcan su trabajo. “Acarreo de agua, reparto de ración en tiempos de sequía y construcción de tajamares. “No importa el esfuerzo cuando el resultado dignifica los entornos”, indicó. Es más, muchas veces recarga de trabajo a su familia con tal de ir a atender a un vecino.
De los hechos más significativos que recuerda están presentes, como capítulo triste el fallecimiento de su padre y como acontecimiento feliz el momento de conocer a su actual esposa. “Me acuerdo que por aquellos años estaba Centro Eléctrico en Paysandú y fui a comprar una Honda 400. Yo solo tenía un vaquero, alpargatas y una camisa. No hice el negocio, me vine y compré la chacra y formé una linda familia con la que encaro mi proyecto de vida”.