Paysandú, Viernes 19 de Febrero de 2010

¿Hora de una Universidad para el Interior?

Opinion | 18 Feb La descentralización y adecuación de la enseñanza universitaria a las necesidades del país ha figurado recurrentemente en el discurso del presidente electo José Mujica durante la campaña electoral, sobre todo apuntando a sustraer la enseñanza terciaria del ámbito exclusivo de Montevideo, como ha sido tradición desde su creación, lamentablemente.
Claro, una cosa es el discurso político y las intenciones y otra la realidad del margen de maniobra que se pueda tener para influir realmente en la visión que hasta ahora han tenido las autoridades universitarias, que han confundido –a sabiendas— autonomía con prescindencia respecto a los rumbos que debe tener el país en la formación de profesionales y formación de técnicos, pese que todos los uruguayos financiamos con nuestros aportes a la Universidad y deberíamos por lo menos tener derecho a decidir la enseñanza terciaria que necesitamos y queremos.
Desde prácticamente todos los sectores políticos –aunque con reticencia de algunos grupos de la coalición de izquierdas— se insiste sobre la necesidad de “aggiornar” la Universidad y hacerla sobre todo accesible a todas las capas sociales, fundamentalmente para amplios sectores de la población del Interior que tienen vedada la posibilidad de enviar sus hijos a la alta casa de estudios.
Para ello, uno de los aspectos a superar es el “tabú” de la enseñanza gratuita, que es una gran mentira que ha sido sostenida para mantener un statu quo centralista y elitista, haciendo además que todos paguemos la formación de estudiantes provenientes de clases pudientes que están en condiciones de financiar sus estudios.
Ultimamente han surgido nuevamente voces desde el sistema político en procura de promover acciones para romper con este esquema, como es el caso de la iniciativa del diputado nacionalista, Dr. Javier García, quien anunció que presentará al comienzo de la nueva legislatura una iniciativa que no prosperó en 2007, en relación con la creación de una universidad pública en el Interior.
García recordó que el presidente electo, José Mujica, habló en campaña política de esta necesidad y cree que ahora están dadas las condiciones para impulsar “la creación de una universidad pública en el Interior del país, porque la educación es lo que le da progreso, porque hoy es imprescindible descentralizar la universidad, que se termine con esta injusticia donde los hijos de familias del Interior tienen que hacer miles de kilómetros, desarraigarse, pagar locomoción, alojamiento, mientras quienes somos de Montevideo estudiamos a la vuelta de nuestras casas. Creo que no hay derecho a que haya monopolio en la educación superior, pero tampoco hay derecho a que Montevideo ejerza el monopolio en detrimento del Interior. Más justicia, más equidad, más descentralización. Una universidad en el Interior dará más desarrollo en las localidades y en los departamentos”, dijo.
El legislador nacionalista, como lo hicieron en más de una oportunidad connotados dirigentes políticos de todos los partidos, ha evaluado con contundentes elementos una problemática en la que hay coincidencias en lo esencial, pero en la que inevitablemente se choca una y otra vez con la posición más o menos monolítica de los tres órdenes de la Universidad, que operan desde Montevideo, con honrosas excepciones en algunos lugares del Interior, pero siempre dependientes de un poder central que suele tronchar, por acción directa o por darle largas al asunto, las iniciativas que procuran cambiar la pisada en la enseñanza universitaria. Uno de los casos más recientes refiere a la creación del primer año de Medicina en la Regional Norte de la Universidad, en Salto, desde que en una decisión que había sido adoptada por la Facultad de Medicina debió darse marcha atrás por las trabas que han surgido en cuanto a la disponibilidad de docentes e infraestructura, así como la afectación de recursos, cuando ya se había tejido la organización requerida, incluyendo el aporte de empresas privadas para hacer realidad este proyecto.
Incluso el orden estudiantil, a través de la FEUU, justificó la decisión adversa, señalando que no están dadas en este momento las condiciones para estos cursos y cuestionó a la Facultad de Medicina por llevar adelante en forma inconsulta este proyecto.
Por supuesto, estas posturas son claro indicativo de los serios problemas que se manifiestan para reformar la Universidad estatal y abrir los espacios que se le han negado hasta ahora a decenas de miles de jóvenes del Interior, con la excusa de determinados “principios” que son simplemente una cortina de humo para tratar de mantener intactas estructuras que han sido determinantes para crear y sostener este estado de cosas en la Universidad de la República.


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