Paysandú, Sábado 20 de Febrero de 2010
Policiales | 15 Feb Un sujeto de 64 años, oriundo de Rivera y poseedor de más de diez antecedentes penales, fue procesado por la Justicia luego de comprobarse su responsabilidad en una serie de estafas en menos de 48 horas en Paysandú.
Según información extraoficial recabada por EL TELEGRAFO, el hábil estafador se encontraba radicado en Fray Bentos desde hacía un tiempo y habría manifestado a la Policía que su modo de vida era, precisamente, estafar personas.
de profesión estafador
El delincuente que se hacía llamar “Pérez”, siendo su nombre real Carmelo Gregorio Lemos Pérez. Llegó a Paysandú y concurrió al servicio de emergencia de Comepa, donde solicitó que le tomaran la presión, aduciendo que no se sentía bien. Al salir de allí, el experto estafador divisó a un joven taxista al que saludó como si fueran viejos conocidos. Así fue que le comentó que se encontraba en Paysandú para comprar dos camiones para su empresa, exhibiéndole una tarjeta de la misma, y lo conquistó ofreciéndole trabajo como chofer de uno de los camiones por el pago mensual de 1.500 dólares.
La propuesta fue tentadora, por lo que el joven de inmediato aceptó y, previo a renunciar a su trabajo como taxista, arregló con el supuesto empresario que al otro día, cuando se efectuara la compra del camión, partiría a Fray Bentos para comenzar con el trabajo, debiendo conseguir un segundo conductor para el otro vehículo.
Pero antes de retirarse y luego de intercambiar números telefónicos, el estafador le pidió que lo llevara fiado (porque no tenía efectivo en el momento) a la automotora donde haría el negocio por la compra de los vehículos. El taxista accedió y lo llevó; incluso participó en una charla entre el supuesto empresario y el responsable de la empresa donde hasta se efectuó un compromiso de compra-venta y acordaron de palabra que al otro día, tan pronto el “empresario” sacara el dinero del banco, iría a hacer efectivo el pago contado de uno de los camiones.
Cuando salieron de allí le dijo al taxista que ya había comprado el camión, pero como no tenía dinero en el momento le pidió prestado a su “nuevo empleado” 300 pesos, así como le encargó que le hiciera contactos en un hotel para quedarse los días que le demandaran los negocios, con el compromiso de pagar todo al otro día. El taxista, totalmente convencido de que se trataba de una persona fiable, cumplió con sus pedidos y el estafador se instaló en un hotel céntrico.
Se supo también que esa tarde le solicitó al propietario del hotel que le proporcionara vestimenta formal, ya que no había traído equipaje porque no estimaba que habría tanta demora en los trámites. Así, mediante buenos modales y un rico lenguaje, logró conquistar a su tercera víctima, quien hizo arreglos con una tienda de ropa masculina de la zona céntrica para adquirir prendas de vestir por 6.000 pesos, que le serían pagos al otro día.
Asimismo, solicitó arreglos para cenar en un restaurante, también con el compromiso de abonar antes de retirarse de nuestra ciudad.
negocios truchos
Al otro día, el estafador llamó al taxista para que lo fuera a buscar, ya que debían realizar varias compras. Como el joven le dijo que no tenía vehículo puesto que había renunciado a su trabajo y entregado el auto, Lemos Pérez le dijo que lo pasara a buscar en un remise y que luego él abonaría el viaje.
Al cabo de recorrer varios lugares y de pedir un almuerzo especial en una pizzería, pudo saber que el comercio estaba a la venta, por lo que solicitó hablar con el propietario. Una vez más, rápidamente hizo negocio, pactando la compra de la pizzería en 80.000 dólares, y le pidió al dueño del local que le comprara un maletín ejecutivo –de un valor aproximado de 1.800 pesos-- donde él le entregaría el dinero una vez que lo retirara del banco.
Incluso, pasado el mediodía, el dueño de la pizzería le indicó la escribanía a la cual debía concurrir para concretar el negocio, hecho que finalmente lo desenmascararía. Pero antes de presentarse ante la escribana, se dirigió a una metalúrgica donde consultó por una zorra para el camión y una camioneta que tenían allí para la venta. Antes de pactar el negocio, le solicitó al dueño de la metalúrgica que le prestara la camioneta para probarla y luego regresaría a finiquitar la transacción.Finalmente el estafador se presentó en la escribanía, donde le dijeron que los trámites demorarían unos días. En tanto, a su regreso al hotel el propietario comenzó a hacerle varias averiguaciones, por lo que se enojó aduciendo que lo estaban tratando como a un delincuente y se retiró.
Para entonces ya sus andanzas habían quedado al descubierto, por lo que tras ser denunciado, personal de la Dirección de Investigaciones y de la Seccional Segunda remitió el correspondiente pedido de captura y el estafador fue ubicado en Fray Bentos. Desde allí fue conducido a declarar, incluso vestido con las prendas que no había pagado y portando el maletín ejecutivo que también debía.
La Justicia dispuso entonces el procesamiento con prisión de Carmelo Gregorio Lemos Pérez por un delito continuado de estafa.
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