Nacionales | 18 Feb Olivera no tendrá paz
Luego de décadas de hegemonía, el Frente Amplio enfrenta las elecciones municipales en Montevideo con cierto grado de incertidumbre. El pronunciamiento de la comunista Ana Olivera como candidata única al cargo dejó profundas heridas en la interna de la coalición y en cierta medida benefició a la oposición, pero todo indica que de ganar la elección la ex subsecretaria del Mides también deberá vérselas con los integrantes del gremio municipal, cuya dirigencia ya está en pie de guerra. De acuerdo con la información divulgada por “El País”, el presidente de Adeom, Álvaro Soto, opinó que una victoria de Olivera acarrearía dificultades al movimiento sindical, ya que cinco de los quince miembros de la dirigencia del gremio pertenecen al mismo sector político de la candidata. Dijo que los representantes del Partido Comunista en Adeom han tenido “un apoyo crítico a la actual administración” y también adhirieron al último paro. “No es casualidad el nombre de Ana Olivera. Es obvio que es el caballo del comisario”, añadió. Asimismo, recordó que Olivera “formó parte del gabinete que en 2002 violó el convenio colectivo y desde el Mides promovió a las ONG como cooperativas sociales para flexibilizar el trabajo de los funcionarios municipales”. Se preguntó si una intendencia comunista asumirá las reivindicaciones de la clase obrera o se inclinará por “preservar los intereses de los empresarios”, en tanto adelantó que el gremio convocará a todos los candidatos para conocer sus propuestas y plantearles su plataforma reivindicativa.
Cambiar es sobrevivir
Las ideas revolucionarias y el idealismo pueden constituirse en carnada perfecta para inspirar multitudes y ganar elecciones, pero todo político inteligente sabe muy bien que para mantenerse en el poder es necesario adoptar actitudes más conciliadoras, ya que sin sillón presidencial no hay cambio posible. Es por eso que desde el comienzo de su carrera política el hoy presidente electo José Mujica erradicó de su discurso conceptos radicales para impulsarse como hombre de centro izquierda, defensor de la inversión privada como herramienta para el crecimiento. Según el mismo matutino, Mujica admitió que “el único gran motor” del trabajo en el país es el correcto funcionamiento de la actividad privada, ya que allí se genera el grueso del trabajo, así como productos y servicios. “Todos los intentos por la vía que fuere de llevar adelante desarrollos empresariales productivos o de servicios que sean útiles deben ser estimulados en una sociedad que necesita crecimiento material para poder suturar buena parte de los problemas sociales que todavía tiene”, opinó.
Al referirse a los funcionarios públicos opinó que debe mejorarse el trabajo del Estado, pero “no para tener más empleados”, sino para que estos “sean más productivos, para que en definitiva le retribuyan al patrón, que es el pueblo que paga impuestos, más y mejor”. Además, dijo que el Estado debe impulsar la multiplicación del trabajo privado y la calificación, ya que la economía “tiene que funcionar creciendo”. “No necesariamente es lo contrario: la economía puede crecer y los problemas sociales no se arreglan, esto también lo ha demostrado la realidad”, añadió.
Heridas del pasado
Tal vez sea este tipo de análisis lo que en definitiva acercó posiciones entre José Mujica y el ex presidente Luis Alberto Lacalle, quien sin embargo guarda cierta reticencia hacia la figura del futuro vicepresidente Danilo Astori. En diálogo con “El Observador” Lacalle admitió que su relación con Mujica atraviesa un buen momento, al tiempo que elogió el “pragmatismo” del futuro presidente. No obstante recordó que durante la campaña electoral Danilo Astori “no se comportó correctamente”, en tanto insistió en no tener “nada en común” con el líder de Asamblea Uruguay. “Con el presidente Mujica hemos encontrado un tono de contacto muy bueno (…) Tenemos el mejor de los relacionamientos que puede caber dentro de las respectivas posiciones, porque nadie va a ceder en pro del relacionamiento, sino al revés, a usar el relacionamiento para encontrar aunque sean pequeños, comunes denominadores”, expresó Lacalle. También dijo que aún espera una disculpa de Astori por expresiones vertidas durante la campaña, en tanto adelantó que en el Senado mantendrá con él un trato “protocolar”.
Cuestión de residencia
La historia institucional uruguaya escribió otra página plena de contradicciones cuando el lunes Lucía Topolansky e Ivonne Passada se transformaron en presidentas de ambas cámaras. En breve diálogo con “El Espectador”, Topolansky adelantó que su vida privada no cambiará sustancialmente y que seguramente seguirá viviendo en la chacra de Rincón del Cerro. “No está claro todavía dónde va a trabajar Pepe, si en Suárez chico o en la Torre Ejecutiva, eso lo está afinando. Yo me tomé la libertad de sugerirle al futuro presidente que destinara la residencia de Suárez a la Agencia de Ciencia y Tecnología e Innovación (…), explicó Topolansky.