Deportes | 22 Feb La selección uruguaya de fútbol femenino Sub 17 no pudo lograr siquiera un punto en este campeonato, donde no logró empatar ni uno de los cuatro encuentros. El plantel volvió horas después que jugó su último partido con resultados muy magros.
Desde la distancia y sin ver ninguno de los encuentros, no es fácil analizar con muchos datos la mala actuación. Pero hay varios detalles, de los que fuimos testigos e informamos en estas páginas.
Nos encontramos que en diciembre de 2009 cuatro sanduceras, todas Sub 15, fueron citadas para integrar la preselección Sub 17, luego encontramos que de ellas, dos quedaron, y al finalizar la pre selección fueron confirmadas. Lo más llamativo es que con 14 años fueron titulares en el primer encuentro. En una competencia de ese nivel, sin duda que dos o tres años es ventaja en cualquier equipo y más.
Debemos agregar en este balance, que los encuentros se jugarían en San Pablo, Brasil, a unos 800 kilómetros al Norte de Montevideo, donde el clima es bastante más cálido.
Si a eso se le agrega que la organización fija los partidos en horarios totalmente fuera de lugar como son las 13.50 y las 16 horas, cosa que la Asociación Uruguaya de Fútbol podría haber solicitado y hecho gestiones por otras horas no tan agobiantes.
Además la preselección entrenaba en el clima montevideano, desde las 18 a las 20 horas. Además de la futbolístico, faltaba estar a tono con las exigencias del campeonato.
Quizás el resultado para las chicas sanduceras sea muy bueno, porque no es para cualquiera tener la oportunidad de jugar ese nivel y menos poder participar en una selección Sub 17 con tan sólo 14 años, como fue el logro de Soledad Texeira y Pamela González. Seguramente desde este hecho, que deportivamente no es el mejor para una selección uruguaya, pero sí para Paysandú, donde, hay pocos clubes que dedican esfuerzo para entrenar futbolistas del sexo femenino, han salido dos chicas que jugaron en la selección nacional.
Sin lugar a dudas que Paysandú ya es un punto de referencia en el fútbol femenino menor.
Atrás de ellas, existe un grupo de gente que trabaja, por el deporte y que vive para él (no de él) y que seguramente seguirá haciendo esfuerzos para mejorar en lo deportivo. Aunque el deporte solo brinde esas efímeras satisfacciones, no tan menores cuando a las deportistas les implica tener la satisfacción y la responsabilidad de vestir la camiseta celeste.
Aunque eso implique a veces masticar el amargo sabor de las derrotas. Soledad y Pamela, gracias por el esfuerzo y el honor de ser también representantes de Paysandú. Toda la sociedad deportiva sanducera las recordará y sin dudas que es un impulso para mejorar la propuesta deportiva en este solar. R.S.