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Paysandú, Domingo 28 de Febrero de 2010

UN DESALOJO FORZOSO

Conmoción en Casa Blanca ante una acción judicial por problema doméstico

Policiales | 27 Feb La zona de Casa Blanca se vio conmocionada ayer cuando dos camionetas policiales, una de Prefectura y un taxi llegaron hasta el frigorífico del poblado, ingresando al predio del mismo y blandiendo una orden judicial de desalojo para el principal accionista de la empresa, Eugenio Schneider, llegando hasta la casona “Cuatro vientos”, donde vive el empresario.
Inmediatamente el personal de la planta que estaba en tareas de desosado dejó de trabajar para acompañar a su jefe en lo que, a la postre, resultó ser un problema doméstico.
Al mediodía de ayer se presentaron en el predio del frigorífico dos alguaciles judiciales acompañadas de custodia policial para hacer cumplir la orden de la jueza de Primera Instancia de Paysandú de Primer Turno, Magela Otero, subrogante de Javier Book Silva. Esta jueza, en realidad, estaba dando cumplimiento a la orden dada por el Tribunal de Apelaciones en Familia de Primer Turno de Montevideo, donde la jueza María del Carmen Díaz ordena elevar el monto de la pensión alimentaria que Schneider pagaba a su tercera esposa a $ 60.000 mensuales y la “restitución al hogar” de la esposa del industrial, que fue el punto que determinó la acción judicial de ayer.
Según explicó a EL TELEGRAFO una fuente judicial, “este es un caso de violencia doméstica, donde los cónyuges no pueden vivir bajo el mismo techo. Como el hombre dio a la justicia su domicilio conyugal en la casona de Casa Blanca, porque allí vivía con su esposa e hijos, se resuelve que él se retire y que quede en la casa su señora, en lo que se llama restitución al hogar, porque así corresponde”.
PROPiedad de la hija
Sin embargo, hubo dos resistencias pasivas a esta medida. Una, de los obreros que decidieron respaldar a Schneider para que no lo desalojen, y otra de Eugenia Schneider, hija del segundo matrimonio del empresario y actual titular legal de la casona “Cuatro vientos” y el padrón que le corresponde, que fue separado del terreno del frigorífico. Eugenia dijo a EL TELEGRAFO que “este tema viene de hace meses, es una separación de mi padre con Graciela, su esposa. Y los jueces dicen que tiene que dejar la casa, pero desde hace años está a nombre mío. No sé qué pasa que parece que se tiene que ir igual”. No obstante dijo que “por supuesto, nos negamos a dejar nuestra casa”. Explicó que según le dijeron “es una medida cautelar, que después va a venir ella pero se va a arreglar. Pero el juez tampoco está, hay otra jueza que no sabe nada del tema. Y en Montevideo se ve que no saben que la casa está dentro del frigorífico, pero es otro padrón”. A todo esto, Schneider estaba dentro de la casona acompañado por el prefecto de Paysandú, capitán Gerardo Henderson, y atendido por su médico.
CASA SIN CAMINO
Para llegar a la casa hay que ingresar por el portón del frigorífico y utilizar un camino interno de la planta. Esto fue lo que motivó las primeras diferencias, ya que un funcionario jerárquico de la empresa se negaba a dejar pasar a las autoridades sin una orden judicial, ya que la que tenían no incluía el ingreso al predio del frigorífico. Después de un rato de conversación, una de las actuarias abrió el portón sujetado por una cadena, y entraron con la custodia policial y los vehículos hasta el portón de la casona, pero quedando dentro del predio de la empresa.
La otra opción para acceder a la casona -sin utilizar el camino privado- es llegar por el río Uruguay, ya que la vivienda está al borde del mismo. Ante el retiro de los representantes judiciales y la custodia, Eugenia dijo que “ahora se postergó por unos días porque mi padre tiene un pico de presión, además es diabético e insulino dependiente y por eso le dieron unos días, pero no se sabe que va a pasar. Ellos dijeron que volverán para desalojarnos”. La hija del empresario, quien también trabaja en Fricasa, expresó que “se vino toda la gente que estaba trabajando en el frigorífico, pararon de trabajar para apoyarnos a mí y a mi papá”. También estaba en la casona Olga Rivero, la segunda esposa de Schneider y madre de Eugenia, quien manifestó su apoyo al empresario, sobre quien dijo que “seguimos siendo amigos”.


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