ESCRIBE EL DR. RODOLFO CANABAL

Locales | 23 Feb Ante la inminente toma de posesión de un nuevo gobierno corresponde, sin duda, reiterar conceptos ya formulados en circunstancias en que se conoció el resultado electoral que definió la pugna por el cargo presidencial, en el sentido de que, al margen totalmente de coincidencias o de discrepancias, se debía abrir a las nuevas autoridades un razonable crédito con relación a su futura gestión. El contenido que ha prevalecido en las declaraciones y actitudes del próximo presidente, y en general de la fuerza política que asume la responsabilidad de la conducción gubernamental, además, justifica tal razonable actitud, máxime si se tiene en cuenta que, sin perjuicio obviamente de las conocidas diferencias de criterio que existen entre dicha fuerza y los partidos que integran la oposición política, se ha dado un cambio importante en la forma en que ha desenvuelto la relación con las demás colectividades.
En efecto: se ha creado para varios temas importantes (la educación, la energía, la seguridad y el medio ambiente) sendos grupos de estudio interpartidarios, con la finalidad de analizar la posibilidad de lograr acuerdos tendientes a aprobar fórmulas con amplio apoyo político.
También se ha adelantado el punto de vista favorable a renovar la integración de los organismos públicos con funciones de control, vale decir el Tribunal de Cuentas y la Corte Electoral, con elección al efecto de personas de diversos partidos políticos que, por sus ejecutorias, garanticen el cabal cumplimiento de sus trascendentes funciones, como ciertamente ha sido tradicional en el país, y así emerge de la actuación de quienes actualmente están al frente de tales organismos. Además tal integración, o sea con representantes de los partidos que integran la oposición, también sería aplicable a todos los entes públicos descentralizados, para que la gestión de los mismos se desenvuelva con el debido control de los partidos ajenos al gobierno, como en el país fue habitual, pero que, por desacuerdos con la tesitura que prevaleció en el gobierno que culmina su mandato, no se concretó durante el último quinquenio. Y precisamente se ha anunciado que durante la presente semana se ha de convocar a los representantes de los partidos para iniciar la consideración de tan importante tarea.
Es ciertamente con profundo agrado que se glosa la información precedente, por cuanto significa para lo que sin duda es equivalente a la normalización, en un aspecto importante, del funcionamiento institucional.
Otros temas, derivados de hechos políticos recientes, merecen ser, aunque muy sucintamente, mencionados.
Corresponde, en primer término, expresar que no fue feliz el episodio por el cual se anunció la solicitud a determinadas empresas privadas, con el acuerdo del futuro presidente, de una contribución para atender los gastos que provoca el acto de transmisión del mando presidencial. Si bien la información emanada de la Presidencia de la República hizo saber, oportuna y acertadamente, que, por tratarse de un acto oficial, se financiará con recursos públicos, ya previstos, que además cuentan con el visto bueno del Tribunal de Cuentas de la República, y que sólo podría existir contribución privada para actos artísticos posteriores pero ajenos al acto oficial, el episodio no aportó prestigio, ciertamente, a quienes lo promovieron, o en alguna forma apoyaron.
No ha sido tampoco feliz lo trascendido con relación a las contribuciones que un sector de la fuerza política de gobierno exige a quienes la representan en determinados cargos de índole política. Corresponde expresar al respecto que si hasta ahora, y desde tiempo inmemorial, las contribuciones asignadas a los titulares de cargos políticos no habían provocado, a los partidos políticos y a sus agrupaciones, problemas que públicamente trascendieran y generaran polémicas, ello sin duda se debió a que la prudencia en cifras y métodos había claramente prevalecido. No corresponde agregar nada más sobre el tema. Tales los conceptos que se entiende pertinente exponer con relación a los episodios que han públicamente trascendido relacionados con el inminente comienzo del nuevo período presidencial.