Paysandú, Miércoles 03 de Marzo de 2010
Rurales | 25 Feb El ingeniero agrónomo Tabaré Aguerre, que asumirá el próximo lunes como nuevo ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, señaló que apostará a políticas únicas en materia productiva --como en el sector cárnico o lácteo--, hasta las necesidades de atender el fenómeno del cambio climático.
Aguerre comentó que el Instituto Nacional de Carnes (INAC) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) juntos poseen más presupuesto que el MGAP. Por ello es importante unificar criterios y trabajar por una única política cárnica, o una única política de investigación.
“El INIA e INAC tienen delegados del MGAP en esas instituciones y es nuestro propósito que en reuniones semanales que haremos con las distintas divisiones del ministerio, que participen esas instituciones. Porque la política de investigación debe ser única. Debemos continuar el esfuerzo por no duplicar iniciativas”, comentó al programa En Perspectiva de El Espectador.
En lo que refiere a gestiones para atender los impactos del cambio climático, Aguerre planteó la necesidad de apostar por políticas tendientes al cuidado del recurso hídrico en Uruguay. En ese escenario analizó que “no todo se soluciona construyendo represas, pero una buena parte de los sistemas productivos se puede sustituir con el riego suplementario”.
Dijo que las grandes represas deberán tener una concepción y uso multipredial y mencionó que se deberán crear estrategias desde el punto de vista del desarrollo y no solo desde el crecimiento económico. Comentó que es necesario vincular más a la gente con el campo, crear fuentes de trabajo y dar estabilidad a la economía moderna en el ámbito rural.
Fortalecimiento
Si el crecimiento es hacia afuera y con inserción internacional, el MGAP tiene que tener fortalecida a la Unidad de Asuntos Internacionales, hoy al frente del sanducero, contador Mario Piacenza.
“El Ministerio --que está en contacto con los sectores productivos-- tiene que tener una rápida respuesta frente a las demandas de los sectores que van a crecer. Más allá de lo que puedan hacer la Cancillería y el Instituto Uruguay XXI, el interlocutor con conocimiento de los procesos agrícolas tiene que estar en el MGAP. Además, el Ministerio es la autoridad sanitaria competente. Normalmente, es por ahí por donde arranca un negocio”, sostuvo a El País Agropecuario.
Acotó que es importante que esa Unidad interactúe con el sector empresarial, para que éste diga: “Para nosotros está pintando tal rubro en tal mercado. Tenemos potencialidad de desarrollar tal producto en tal mercado”.
Modernización
Otro tema estratégico para Aguerre es el fortalecimiento y la modernización de los Servicios Agrícolas. “La exportación de productos vegetales ya es más importante que la de productos animales”.
Entiende que el MGAP tiene un potente y tecnificado departamento de Servicios Ganaderos, que cumple con las funciones que al Ministerio le caben como autoridad competente. Todo ese desarrollo se dio porque hubo demandas del sector externo. Fueron las condiciones con que se compran las carnes y la leche las que llevaron al desarrollo de esa infraestructura básica”.
Suelos
Otra área a fortalecer es la de suelos de la Renare. “Es estratégico para el desarrollo sostenido y sustentable en el escenario de crecimiento”.
“Serán necesarios planes que nos permitan evaluar si los modelos productivos que se van a llevar adelante en suelos que tienen una vulnerabilidad más alta que la de aquellos donde hoy se hace agricultura, se sostienen o no. Eso requiere un compromiso importante del sector privado de la profesión agronómica, pero también es necesario crear las capacidades institucionales para conducir y orientar ese proceso”.
“No se trata de que el Ministerio tenga todas las capacidades. Se trata de identificar cuáles son las políticas y salir a sumar capacidades: INIA, Facultad de Agronomía, sector privado”.
Lechería
“Para mí hay un rubro clave en la agropecuaria nacional que es la lechería”, dijo Aguerre. Nos permite llevar adelante procesos de alta producción, o sea de alto ingreso por hectárea, sin ser del nivel de la agricultura, en suelos donde la agricultura pasa de luz amarilla a luz roja, o sea en suelos con aptitud forrajera pero con una cuestionable aptitud agrícola”.
“En segundo lugar, prácticamente podemos hacer lechería en la mayor parte del país. Yo diría que, con alto potencial, en la mitad del país. Porque los niveles de producción que obtienen las empresas de punta, o los tamberos de punta, están muy despegados de lo que es la media nacional, lo que nos está diciendo que la brecha entre los de punta y el promedio nos genera una posibilidad muy grande de aumentar la productividad”, acotó. Sostuvo que es una cadena muy bien integrada verticalmente, porque “genera muchísimo valor agregado industrial, servicios, porque en un tambo hay todos los días un camión que va a buscar la leche y lleva y trae, porque lleva la electrificación y la caminería como condición sine qua non para que la lechería se desarrolle, y eso tiene que ver con la calidad de vida de la gente vinculada a la lechería, y porque además genera algo así como 10 o 12 puestos de trabajo cada 1.000 hectáreas, y porque esos puestos de trabajo tienen una actividad permanente y no zafral”.
Ovinos
Para el futuro ministro la producción ovina es la lechería del basalto, es la lechería del cristalino superficial. “Tenemos que generar políticas de futuro articulando con el hoy. Uno de los problemas que tiene la actividad ovina es --claramente-- el de mano de obra. El ganadero familiar es el que tiene la posibilidad, a través del trabajo con la oveja, de transformar en valor su fuerza laboral dentro del predio”. Precisó que “un ganadero de 400 hectáreas en el basalto --agricultura familiar--, tiene una problemática diferente a la del que tiene 3 há de manzana en Las Brujas. Porque el que tiene 3 hectáreas en Las Brujas, además de tener la manzana, se toma el ómnibus, va a Montevideo, trabaja en la actividad que sea, y vuelve y sigue siendo un agricultor familiar que tiene un rubro, pero tiene una posibilidad geográfica de complementar su ingreso. El que está en Guaviyú escucha la radio y no tiene más cosas, su vínculo con el mundo no es tan fluido”.
“Por lo tanto, tenemos que encontrar alternativas que permitan transformar en valor su capacidad de trabajo. No alcanza con pensar solo en términos de productividad. Es productividad del predio, es productividad por hectárea pero es también productividad del trabajo”.
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