Opinion | 05 Mar Tras gestiones encaradas por autoridades departamentales de Salto y Paysandú atendiendo el reclamo de los centros comerciales y fuerzas vivas, el gobierno definió la extensión hasta el 30 de setiembre del decreto que establece una rebaja del 28 por ciento para la compra de naftas con tarjeta de crédito o débito.
La delegación regional fue atendida por el director del Ministerio de Economía y Finanzas, Pedro Apesteguía, quien –según dichos de la propia intendenta de Paysandú-- escuchó atentamente los fundamentos de la solicitud y con celeridad comunicó la definición favorable a extender la vigencia del beneficio.
Como es de público conocimiento para quienes residimos en la región, la medida ha representado un gran beneficio para la actividad económica de ambos departamentos al anular la ventaja de carga de combustible en la vecina orilla. Con esta medida compensatoria, las autoridades reconocen que la región es afectada por una situación específica dada su ubicación geográfica y busca paliarla, lo que resulta una señal favorable.
En virtud de que las condiciones que fundamentan un tratamiento especial son las mismas o hasta se han incrementado, parecía natural que se mantuviera la vigencia de la medida, sin embargo resulta doblemente tranquilizador que la resolución llegue tiempo antes del vencimiento y que para expedirse no se hayan necesitado decenas de desgastantes gestiones.
Evidentemente, el hecho de que se tratara de un planteo regional –entre dos departamentos-- y con fundamentación real y documentada fue una de las fortalezas para que la demanda fuera atendida.