Paysandú, Lunes 08 de Marzo de 2010
Opinion | 06 Mar Casi sin difusión en la prensa de Gualeguaychú, y tampoco divulgada por los medios del vecino país, ha pasado prácticamente inadvertido el desenlace del episodio de la infección de un centenar de personas en el balneario Ñandubaysal, de Gualeguaychú, que la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú había atribuido inmediatamente a las consecuencias de la contaminación del río Uruguay por la empresa UPM-Botnia.
Por supuesto, pese a desconocerse absolutamente el origen del problema, el episodio fue amplificado por los activistas y quienes les siguen el juego, al punto de que el propio ministro de Medio Ambiente de la ciudad emplazó a la empresa Botnia a que probara que no era la causante del sarpullido que afectó a los bañistas, cuando en realidad lo que debía hacerse era probarse que efectivamente había contaminación producto de los efluentes de la planta de celulosa.
Lo que no tuvieron en cuenta –o mejor dicho no les importó-- era que se estaba ante un significativo pico de crecida del río y que este balneario estaba en gran parte bajo las aguas, con el riesgo que ello implica para los usuarios por los arrastres y turbiedad del agua, lo que explica que el resto de los balnearios de la zona no estuviera habilitado. Hace pocas horas, el intendente de Gualeguaychú, Juan José Bahillo, se reunió con los asambleístas a efectos de ponerlos en conocimiento del resultado de los análisis de las muestras del agua del balneario y les dijo que “estos estudios no arrojaron variaciones respecto a lo que venía ocurriendo en el río en los últimos días”. Agregó que sí se halló “un nivel más elevado de materia fecal”, lo que por supuesto dejó muy calladitos a los activistas que suman frustración tras frustración por no poder culpar a la planta de ningún episodio, aún mínimo, de contaminación.
Peor aún, ha quedado de relieve que la inquietud medioambiental de muchos de estos activistas solo pasa por la idea fija contra Botnia, por cuanto ni siquiera dijeron una palabra sobre el riesgo que significaba tener habilitado el balneario con un río tan crecido y el consecuente desborde de los pozos negros de la ciudad, lo que indica que la salud de la población les importa poco y nada, si no pueden obtener puntos en favor de su “causa”.
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