Opinion | 04 Mar El año pasado, la llegada de la gripe AH1N1 al Uruguay generó preocupación y temor. El virus tuvo una importante diseminación e incluso víctimas mortales en el país. Según los informes de los organismos mundiales de salud, el problema sigue presente y es de temer que vuelvan a repetirse casos de esta gripe durante el invierno.
Por ello, la Organización Mundial de la Salud ha recomendado que la vacuna contra la gripe estacional para la próxima temporada de influenza debería incluir protección contra tres cepas, entre ellas el virus pandémico H1N1.
Como sucede cada año, está próxima a iniciarse la vacunación contra la gripe -que incluye la gripe AH1N1-y es de suponer que de acuerdo a los antecedentes del año pasado, esta vez la demanda sea mayor a lo acostumbrado.
Sin embargo, no faltan problemas. Recientemente se informó que el inicio de la vacunación, prevista para los primeros días de este mes en nuestro país, estaba en riesgo por un conflicto de los funcionarios de la Lucha Antituberculosa, que reclaman más presupuesto. El MSP, por su parte, informó que la vacunación se hará igualmente.
El sindicato sostiene que debería destinarse una partida de sólo $ 168 millones a la comisión para este año pero que en el presupuesto nacional se le asignaron $ 93 millones. La medida es respaldada por los trabajadores del laboratorio Calmett-- que pertenece a la referida comisión y almacena y distribuye las vacunas en todo el país--, quienes adelantaron que no distribuirán las vacunas hasta que haya una solución.
La primera reflexión es que una vez más el ciudadano queda de rehén de intereses corporativos que aprovechan aspectos coyunturales para presionar por reclamos que pueden ser muy justos, pero resultan antipáticos y hasta peligrosos.
Con la salud de la gente no se juega. Y las autoridades deben ser firmes en este punto y asegurar que los servicios lleguen a la población que los necesita. En este caso se trata de una vacuna muy necesaria para ciertos sectores de la población con mayor riesgo ante la enfermedad. Es de esperar entonces que prime la cordura en un tema tan sensible para todos y es de suponer que si en verdad el sistema de salud tiene un compromiso con la prevención, las vacunas --y los recursos-- estarán disponibles, y en consecuencia, no deberíamos preocuparnos.