Opinion | 11 Mar Un reciente estudio sobre los mejores lugares para invertir en Latinoamérica ubica a Uruguay en un buen lugar según el parecer de compañías españolas de 19 sectores de actividad. La medición, ubicó a Brasil como el mejor país latinoamericano para invertir y a Uruguay en el octavo después de Chile, México, Colombia, Perú, República Dominicana y Panamá. En tanto, Argentina y Venezuela fueron considerados países de “alto riesgo” debido a su volatilidad institucional y jurídica.
Según un informe sobre el estudio, publicado por Últimas Noticias, para las empresas españolas América Latina es un mercado muy heterogéneo que abre una “ventana de oportunidad” para los próximos diez o quince años, según la gestión que haga de sus recursos naturales. El documento con las conclusiones destaca que, ante la crisis económica, incluso algunas empresas españolas han encontrado financiación en estas regiones, especialmente en países como Brasil.
En estos días, el poderoso grupo hotelero Pestana confirmó su llegada a Uruguay para transformar el histórico edificio del Jockey Club en un hotel cinco estrellas.
El representante del grupo portugués que realizará la inversión, Luis Araujo Pestana, sostuvo que una de las mayores razones que lo llevaron a instalarse en Uruguay fue la gran confianza que da la estabilidad económica, política y social que tiene el país. “En las reglas claras que tienen las cosas” y “la paz social que hay nos animó a reforzar la inversión”, dijo. Más o menos con las mismas palabras explicó la empresa Botnia cada vez que alguien lo preguntó por qué se instaló en nuestro país.
El gobierno uruguayo ha alentado estas inversiones y, concretamente, el presidente Mujica ha invitado a inversores extranjeros que se instalen en Uruguay porque aquí se respetan “las leyes del juego que representa la inversión, porque sabemos lo que conviene, y eso se puede ir multiplicando”. También ha recordado públicamente a personas de otros países que “este es un paisito para vivir”.
Ambas afirmaciones son totalmente ciertas y es bueno que desde el extranjero reafirmen explícitamente. La seguridad institucional y jurídica de nuestro país es un valor fundamental en una estrategia de crecimiento y debe ser cuidada al máximo. Ella no es producto de estar más cerca o más lejos de alguien peor con quién compararnos, sino una conducta asumida. Y es bueno hacer correr la voz.