Deportes | 08 Mar El velódromo era una obra reclamada por el ciclismo durante décadas, y durante nuestra intendencia –desde 1985 a 1990—ingresó a las obras planificadas a favor del deporte, como habíamos hecho con de la construcción del Estadio Cerrado y las reformas en el Estadio Artigas. El planteo venía haciéndose por parte de la Federación y de los clubes sanduceros, por lo que incluimos el velódromo en el plan de obras.
El proyecto está basado en el Parque de los Príncipes de Francia, tiene las medidas reglamentarias, y trabajaron dos ingenieros, Patrone y Labat, quienes nos dieron apoyatura técnica para el diseño y ejecución de la obra, que se hizo en tiempo récord: comenzamos a fines de 1988 y terminamos el 25 de octubre de 1989. La mayor parte de la obra la hicimos con personal municipal que trabajó muy bien, con calidad y un esmero increíble.
Como todo movimiento de tierra necesita que se le vaya haciendo el mantenimiento adecuado. Lamentablemente nos fuimos el 15 de febrero de 1990 y luego ni siquiera tuvo el mantenimiento mínimo, no se tuvo la responsabilidad de cuidar las obras de interés público.
El velódromo era la primera etapa, ya que se tenía proyectada la parte interior, una pista auxiliar, iluminación, servicios. Incluso se les construyó viviendas a una serie de familias que allí vivían para reubicarlas. La obra no fue una locura, y con nuestro plan se completaba las distintas disciplinas del deporte con una infraestructura única en la región.
Walter Belvisi, ex intendente de Paysandú