Evaluación y planes del Mides

Locales | 17 Mar “Ver las paredes que comenzaron a levantarse, me emocionó”, fue el resumen de Arles Caruso cuando vio los adelantos en el barrio de 19 viviendas que están erigiendo los realojados del barrio la Chapita.
La jefa del proyecto Intervenciones Múltiples en Asentamientos de Frontera (IMAF), dependencia del Ministerio de Desarrollo Social que utiliza fondos del Focem para casos como este de Paysandú, valoró que los vecinos “están trabajando con mucha fuerza” para salir de las condiciones físicas pésimas en las que viven.
Se trata de 19 de las 120 familias que habitan en el barrio La Chapita, “el lugar más contaminado del país, y por cromo, que es peor que el plomo, y además por las inundaciones”, recordó la jerarca a EL TELEGRAFO.
El Trabajo social
Consideró importante los avances que se hacen porque “ellos ven que se puede”. Y no solo se refería a las viviendas que están siendo construidas en Bulevar Artigas y San Martín, sino también al trabajo social y barrial que se hace en el asentamiento al suroeste de la ciudad, donde también participa el centro juvenil de INAU.
Comentó que allí se trabaja con jóvenes, mujeres y con adultos mayores, “y ahora vienen especialistas para tratar diversos aspectos como deporte y salud”. En este sentido, anunció para el jueves “una jornada de limpieza de los vecinos de La Chapita junto a otras organizaciones, para evitar problemas como el dengue y además lograr que no se vuelva a crear el basurero que había en el barrio. Pondremos relleno y plantaremos árboles”.
Al respecto, el director general de Obras de la Intendencia, Marco García, dijo a EL TELEGRAFO que ya se está trabajando con un grupo de alambradores de Lorenzo Geyres que cercarán todo el predio, el cual será limpiado y parquizado.
“QUE ELLOS PARTICIPEN”
Caruso -que vino acompañada por Cecilia Molina- destacó que todo eso “se hace con esfuerzo, trabajo y educación para poder sacar a la gente de las zonas inundables, y lo importante es que ellos participen y propongan”. Ximena Nin, asistente social de la oficina del Mides Paysandú, dijo por su parte que “la gente ha ido formando parte de este proceso de construcción junto al Sunca, y eso está muy bueno”, recordando que “esto tiene un trabajo social de dos años, luego comenzaron la obra en noviembre, se paró por las lluvias e inundaciones y se retomó a fines de enero”.
Las familias trabajan allí en dos turnos de cuatro horas diarias, y los “obreros” son en general personas que trabajan en changas, limpieza o la construcción. Tienen un promedio de tres hijos, aunque hay jóvenes y mayores que no los tienen.
Marco García fue coincidente con Caruso en cuanto a que “ver las paredes llenan de satisfacción”, y recordó el proceso de realojo que comenzó al inicio de este gobierno, con una propuesta de Julio Pintos a la ex ministra Marina Arismendi.
Planes Hasta julio
Por otra parte, las autoridades ministeriales se reunieron con los técnicos en el Mides, y se analizó la planificación de trabajos hasta el mes de julio, según dijo a EL TELEGRAFO el coordinador local, Carlos Damico.
En esa reunión, la Intendencia presentó la propuesta general sobre realojos y se definieron algunas prioridades. Marco García habló también de “algunos terrenos posibles para realojos”, así como la continuidad del trabajo técnico compartido entre la comuna y el Mides. Se entendió que entre las zonas más afectadas está los arroyos Sacra y La Curtiembre.