Locales | 18 Mar Cincuenta jóvenes vinculados a distintas organizaciones e instituciones sanduceras participaron en los dos talleres de sensibilización sobre la violencia, organizados por el Programa “Convivencia Ciudadana” y otras instituciones. La actividad se inscribe en la programación del Mes de la Mujer.
El objetivo fue crear un ámbito de reflexión y escucha de las experiencias e inquietudes de los jóvenes en relación con este tema, que afecta en forma transversal a toda la sociedad. “Esta es una de las primeras actividades que realiza el programa, que está financiado con fondos internacionales”, dijo la ingeniera Fernanda Martínez, coordinadora del mismo.
“Nos pareció necesario trabajar el tema de la violencia desde otra óptica, en este caso encarada hacia la juventud. La idea fue que el taller se desarrollara en base a sus propias vivencias personales y opiniones respecto al entorno del barrio, el liceo u otras áreas en las cuales interactúan”, agregó. El desarrollo del taller estuvo a cargo de la sicóloga montevideana Carmen Rodríguez, consultora de la Unesco y asesora del área de Educación de la ONG “El Abrojo”. Llamó la atención sobre el papel de la rabia motivada por situaciones de desigualdad planteadas en el seno de la sociedad de consumo y su incidencia en hechos de violencia de distinto tipo.
“Entre los adolescentes y jóvenes participantes hay algunos que están estudiando en el liceo y la UTU y otros que en la actualidad no están vinculados con claridad al sistema educativo, pero pertenecen a programas y proyectos sociales que se desarrollan en la ciudad. Esta actividad apunta a conocer su visión sobre los temas de vivienda y estratégicamente nos centramos en conocer también cómo se autoperciben en relación a esa situación. Queremos partir de un supuesto que no ubique a los adolescentes y jóvenes como sujetos causantes de problemas de convivencia”, dijo.
“El trabajo realizado parte de una escucha que trata de ser desprejuiciada y que busca tener mucha oreja para escuchar atentamente lo que los gurises están diciendo y cómo están percibiendo los temas de convivencia. Además, en los talleres incorporamos tecnología a través del uso de cámaras de filmación para que ellos mismos las utilizaran, porque cuando nos comunicamos con jóvenes hay que tener claro que están en una dimensión del tiempo donde la tecnología ocupa un lugar muy relevante y para ellos es mucho más directa y rica que las palabras”, observó.
“Los jóvenes tienen una capacidad de explicitación y a veces un grado de asertividad mayor que algunos adultos. Ellos están diciendo que la raíz de muchas situaciones de violencia tienen un vínculo directo con la rabia generada por la desigualdad en la sociedad de consumo. No justifican el delito pero advierten sobre esa dimensión de la convivencia que los adultos no debemos desatender”, agregó.
La jornada terminó con una instancia en la que los jóvenes trabajaron con los adultos referentes de las instituciones y organizaciones a las que están vinculados.