Paysandú, Viernes 26 de Marzo de 2010
Locales | 19 Mar Oldemar Chacón Escobar, animador del Centro MEC de Quebracho, tiene 31 años, y aunque nació en Paysandú, se crió y vive en Quebracho. Junto a su esposa ganaron un concurso nacional por un proyecto para escribir la historia de Quebracho.
Es un apasionado por fortalecer la identidad local y su compromiso con la comunidad revela su decidido interés por mejorar su entorno. Proveniente de familias numerosas y de apellidos reconocidos en la villa, sostiene que “cuesta mucho ver la historia, saber que somos herederos de una cantidad de gente importante que hoy no está pero que nos han marcado un camino. Por eso estoy estudiando mucho y voy hasta los lugares para conocer cómo realmente son las cosas, grabando entrevistas sobre la gente que ya no está”.
En cuanto a las nuevas posibilidades que brindan los Centros MEC, el animador indicó que “hoy el valor de estos centros marca un antes y un después para los vecinos del lugar. Definitivamente se abre la puerta a un universo nunca antes conocido para muchos de estos vecinos. Por tal motivo y a efectos de elevar las propuestas culturales, hemos impulsado algunas actividades tales como una muestra de ciencia viva, recitales de jazz y la actuación de un concertista mexicano. La participación de 150 personas durante 2009 en la capacitación digital, talleres para el armado de un curriculum y elaborar una entrevista de trabajo, también abre nuevas perspectivas”, destaca.
El voluntariado, la incursión en talleres comunitarios, actividades en el Centro de Promoción Humana y trabajos sobre historia local, le han permitido a Oldemar desarrollar sus proyectos.
Comenta que desde siempre le gustó el periodismo y recuerda que estando en la escuela, al ver un compañero que apareció con recortes de jugadores de fútbol pegados en la tapa de un cuaderno, “comencé a guardar diarios, revistas y hasta libros sobre esa temática deportiva. A la vez me di cuenta que no existía la historia escrita del fútbol de Quebracho. Fue así que hurgué un poco más sobre el pasado del fútbol local. En el liceo, cuando teníamos que buscar material, siempre acudíamos al cura Zordán, quien nos sugería algo novedoso y eso me motivó mucho más aún”.
“Así empezamos a investigar la historia de Quebracho. En 1998 me fui a estudiar periodismo deportivo a Montevideo. Efectué algunos trabajos en radios de la capital y además participé en un Congreso Internacional de Periodismo Deportivo. Todo eso me abrió mucho más la cabeza. Entonces decidí terminar la secundaria y hacer profesorado de historia en Salto”, relata, para agregar que todo lo hizo “siempre con aquella inquietud de pretender estudiar más profundamente la historia de la villa”.
Sobre cómo observa el futuro de la comunidad de Quebracho, Oldemar dice que “no hay que perder de vista el pasado de la producción cerealera con las mejoras tecnológicas actuales. Las forestales pueden ser un complemento. Hoy se evalúa la posibilidad de instalar un packing. A la vez las colonias aledañas intentan formar sus comisiones de fomento. De acuerdo a ciertas investigaciones, creo que el turismo termal e histórico con el saladero Guaviyú incluido pueden ser otras opciones”, explica.
“También hay que trabajar mucho para que los jóvenes permanezcan y se proyecten aquí. Hay un grupo de muchachos –descendientes de colonos – que lograron afincarse y bajo el nombre de Los Horneros llevan adelante un emprendimiento de producción mixta en un predio del Instituto Nacional de Colonización”, finaliza.
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