Paysandú, Viernes 26 de Marzo de 2010
Rurales | 22 Mar El mercado internacional de la carne vacuna se vio alterado esta semana por dos noticias trascendentes. Desde el lado de la demanda, Rusia publicó el listado del remanente de las cuotas 2010, esperado con ansiedad por parte de los importadores. Desde el lado de la oferta, Argentina, frenó las exportaciones con el objetivo de presionar a la baja el precio interno de la carne.
Los importadores de Rusia estaban contenidos en su demanda a la espera de que se publicaran sus cuotas de importación. Se esperaban para abril, pero el gobierno sorprendió dándolas a conocer este martes, lo que provocó un efecto inmediato de valorización en los precios de venta a Rusia y, como efecto dominó, en otros mercados también. En la región, Chile está muy firme, demandando mucha carne, y Europa ahora también está tonificado.
Un operador del mercado internacional comentó a Negocios Ganaderos que la demanda desde Rusia es muy intensa, fundamentalmente en el caso de cortes del trasero, y que los precios se dispararon de forma inusitada. “Es increíble lo que está pasando, demandan todos los cortes”, comentó el operador. En los países de América del Sur, principales proveedores del mercado ruso, predomina la especulación. La plaza está tan convulsionada, que la actitud suele ser de quedarse a la espera o de exigir precios muy altos. “El precio que se logre depende de la capacidad de negociación del vendedor”, dijo el operador.
La incertidumbre que genera la situación de Argentina le echa más leña al fuego. En los hechos las exportaciones están frenadas, con camiones esperando que los dejen pasar la frontera para Chile y con embarques demorados en el puerto. Las autoridades dicen que las exportaciones no están cerradas, pero en los hechos no sale un kilo. Por lo tanto, de golpe hay más demanda --por las cuotas de Rusia-- y menos oferta --por el cierre de Argentina-- lo cual se reflejó nítidamente en los precios.
Esta situación mejora las expectativas de valores de la hacienda de cara a la zafra que está comenzando, ya muy buena desde el punto de vista de los kilos producidos.
El año pasado, desde principios de marzo a principios de mayo, los precios del novillo especial habían bajado 10%. Si se repitiera esa situación este año --aunque las condiciones son muy distintas--, implicaría un piso de U$S 2,30-2,35 para el pico de la zafra.
Pero si la demanda se intensifica --como ya lo comenzó a demostrar la semana pasada, con un aumento importante de la faena-- los precios se pueden sostener o incluso mejorar, dependiendo de cómo reaccionen los compradores a los precios más altos.
Más allá de las incertidumbres, el hecho es que un año que “pintaba” bien para los precios de la hacienda, ahora “pinta” mejor.
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