Opinion | 22 Mar A pesar de la aprobación de leyes y del incremento de los controles por parte de la Intendencia, el tránsito sanducero sigue exhibiendo una dinámica caótica y un trasfondo de imprudencia, falta de respeto por los demás y clara tendencia a mantenerse fuera del sistema, circunstancia que se pone de manifiesto al producirse un accidente cuyos protagonistas no poseen documentación, ni del vehículo ni habilitante para conducir. En más de una oportunidad nos hemos referido a la violación sistemática de la normativa referida a elementos de seguridad, al uso de “escapes libres” y otras transgresiones, pero en los últimos meses se registra un evidente recrudecimiento de uno de los mayores problemas que aquejan al tránsito sanducero: la manía transgresora de algunos deliverys o repartidores motorizados.
En Paysandú, como en otras ciudades, un porcentaje de los conductores exhibe una llamativa facilidad para justificar su conducta transgresora o irrespetuosa. “Andar trabajando”, acudir al cajero automático, no encontrar dónde estacionar (a no más de cinco metros de distancia, claro) o el reducido tránsito vehicular son algunas de las muchas excusas que algunos interponen para situarse por encima del sistema y violar la normativa. La actitud temeraria de algunos repartidores, a menudo a bordo de motos sin características mínimas para circular, representa un grave riesgo no solamente para el propio trabajador, sino para todos quienes, inesperadamente, se cruzan con alguno de ellos en cualquier esquina sanducera. Circular contra flecha, sin casco, sin luz. Todo, con la complicidad de algunos empresarios, se justifica por aquello de “andar trabajando” y porque “a más entregas, mejor remuneración”. Todo son excusas y el tránsito, lamentablemente, va de mal en peor. Para un porcentaje de los sanduceros este sigue siendo un tema “de otros”, algo que deben arreglar “los demás”. Mientras tanto, quienes tratan de circular conforme a las normas, se sienten cada día más avasallados y desprotegidos por un sistema demasiado imperfecto.