Paysandú, Lunes 29 de Marzo de 2010

Brincadeiras Políticas

Nacionales | 22 Mar Marcha atrás en INAU
Uno de los temas que más preocupan a los uruguayos es la inseguridad, pero esta percepción se agrava cuando la ecuación incluye a menores de edad, ya que al temor de ser víctimas de un delito se suma la certeza de que el futuro del país está en peligro y que los organismos encargados de brindar soluciones no están a la altura de las circunstancias. De acuerdo a un informe divulgado por “El País”, el nuevo gobierno pretende dar un golpe de timón y ofrecer la Dirección del INAU a Leonardo Clausen, un funcionario recientemente jubilado tras una extensa trayectoria en el organismo rector de la minoridad. Según parece, las gestiones del gobierno para conferirle la dirección del INAU comenzaron inmediatamente después de la victoria en el balotaje. “¿En qué cueva se escondió Clausen? ¿Dónde está ese hombre?”, preguntó la entonces senadora electa Lucía Topolansky, tras lo cual el también senador Eduardo Bonomi dio el puntapié inicial a las gestiones al trasladarse al domicilio de Clausen en La Floresta y ofrecerle el cargo. El ex funcionario recibió el planteo con beneplácito, pero interpuso una serie de exigencias, tales como que el Directorio de la institución no debía ser conformado con políticos, sino con técnicos especializados. Pidió, entre otras cosas, psiquiatras en la dirección de los hogares y maestras jubiladas en los centros de atención infantil. Bonomi se manifestó de acuerdo, pero aclaró que la decisión estaba en manos de “El Viejo” (José Mujica). Aparentemente Mujica estuvo de acuerdo, pero poco después el subsecretario del Mides, Lauro Meléndez, se comunicó con Clausen para notificarle que ya se manejaban nombres de políticos para integrar el Directorio de INAU, a lo que éste respondió que no asumiría el cargo si se violaba lo acordado. Ante esto, Meléndez le propuso mantenerse al margen por tres meses y luego asumir como responsable en el nuevo Centro de Alta Contención, donde serán alojados 300 menores con medidas privativas de la libertad. “Yo quiero dirigir todo el Instituto, no solo una parte. En esas condiciones no voy a asumir nunca”, advirtió Clausen, al tiempo que recordó que la institución está “en un estado deplorable” porque “toda la vida fue un organismo politizado”. La última palabra la tiene el gobierno.
Ya es mucho
El senador nacionalista Luis Alberto Lacalle fue uno de los primeros en elogiar parte del discurso de José Mujica el día en que asumió la presidencia. Si bien marcó matices, el dirigente blanco saludó la intención del mandatario de dejar atrás viejos rencores y trabajar por un país más unido. Sin embargo, parece que la locuacidad del mandatario poco a poco va colmando su paciencia. Si bien dijo que no opinaría respecto a los dichos de Mujica ante un grupo de uniformados en la Base Aérea de Durazno, porque su función no es ponerle “nota” a presidente, Lacalle aseguró que según su parecer está emitiendo “demasiados mensajes” a las Fuerzas Armadas respecto a los acontecimientos de la pasada dictadura. “Lo único que me parece es que está emitiendo demasiados mensajes. Todos los días uno distinto; pero esto es una consideración muy personal”, dijo Lacalle en una entrevista cedida a “Últimas Noticias”. ¿Fin de la Luna de miel?
No hay vuelta
Sorpresivamente, tras defenderla durante varios años, integrantes del Herrerismo se manifestaron dispuestos a trabajar en pos de la anulación de la Ley de Caducidad, refrendada en dos oportunidades por el electorado. La nueva postura del sector nacionalista encendió nuevamente la polémica y muchos actores políticos comenzaron a especular con una posible anulación de la ley en el ámbito parlamentario. Sin embargo, el ex senador frenteamplista y profesor Grado 5 de derecho constitucional, José Korzeniak, fue contundente al respecto en una nota divulgada por “La República”: “el Parlamento no puede derogar ni anular la Ley de Caducidad”, dijo el jurista. En otro tramo de la entrevista, se reconoció como ferviente detractor de la ley, pero recordó que los dos plebiscitos en los cuales fue refrendada hacen inviable la posibilidad de una anulación parlamentaria, ya que el cuerpo electoral está constitucionalmente por encima de los tres poderes. “Esto es lo que yo sostengo jurídicamente, aunque me duela y no me guste. Yo preferiría poder decir que el Parlamento no tiene ningún problema en este asunto y puede echar abajo la Ley de Caducidad”, lamentó el ex senador.
Heridas abiertas
Las encuestas le otorgan grandes chances de transformarse en la próxima intendenta de Montevideo, pero Ana Olivera no olvida que su proclamación dejó profundas heridas en la interna frenteamplista, circunstancia que podría repercutir en las urnas. “Hubo gente que quedó dolorida con mi candidatura y eso hay que hablarlo. Y también tenemos que reconocer que hay frenteamplistas enojados con la falta de limpieza, con las veredas rotas, con los árboles. Ellos también dudan y eso significa apostar al mano a mano y al trabajo en todo Montevideo”, dijo Olivera a “Últimas Noticias”.


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