Paysandú, Viernes 02 de Abril de 2010
Locales | 26 Mar Ubicado a 23 kilómetros al oeste de villa Quebracho, Arroyo Malo fue el centro de un gran movimiento productivo. Sus orígenes se remontan al año 1796, cuando el geógrafo Andrés de Oyarbide sitúa al puerto de San José, frente a la calera entrerriana de Barquin, próxima al Arroyo Malo. Diez años antes en la zona tuvo su cuartel general don Fructuoso Rivera, quien más tarde sería el presidente de los orientales. Según rescata la historia, allí también habría funcionado – en otros tiempos – una fortaleza de los invasores lusitanos. Durante el largo tiempo que funcionó el cuartel general de Rivera, existieron en el entorno poblaciones rústicas y quintas de árboles frutales. Por las tardes, una banda de músicos recreaba diversas expresiones musicales. La fortaleza contaba con guardias armados, para el control de los indígenas que se instalaron sobre la margen norte del río Queguay.
En 1871 se creó en el lugar la estancia Arroyo Malo, propiedad del ciudadano inglés Guillermo Wilson, quien con amigos de apellidos Chalkling, Campbell, y Griffin se instalaron al oeste de Villa Quebracho, linderos a Arroyo Malo. Así se conformaron las estancias La Favorita, San José y La Palma respectivamente.
En 1923 el presbítero Horacio Meriggi organizó una colonización en campos de la sucesión Child de la estancia San José, por intermedio de la Federación de Sindicato Agrícola de Paysandú, denominándola Colonia San José, que se ubica al sur de Arroyo Malo.
Posterior al año 1937 el Banco Hipotecario pasa a ser propietario del campo que corresponde hoy a Arroyo Malo y al año siguiente se distribuyen en 52 fracciones, las que son ocupadas desde el 2 de enero de 1938, por lo que todavía hay descendientes y familiares, cumpliendo más de 72 años en la zona. Finalmente en el año 1948 y tras crearse el Instituto Nacional de Colonización, este pasa a administrar todas las colonias de la zona, entre ellas la de Arroyo Malo.
La estancia tiene una superficie de 6532 hectáreas.
El viejo casco de la misma se ubicaba donde hoy se encuentra instalada la escuela Nº 30.
La zona tuvo una producción netamente cerealera, con plantaciones de trigo, cebada, girasol, maíz, también se trabajó mucho en tambo y quesería artesanal. Hoy la mayoría de esos rubros casi no existen. El movimiento fue muy fuerte mucho antes de la existencia de la Cooperativa de Lecheros de Quebracho (Coleque), surgida en la década de 1980.
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