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Paysandú, Viernes 02 de Abril de 2010

Carlos Lancieri, tambero desde siempre

Locales | 26 Mar Carlos Lancieri (52) hace 32 años que se dedica a la producción lechera y por lo que recuerda, su familia paterna también tuvo tambo. Una vez que contrajo matrimonio con Raquel Bazzini (51) –hace 30 años– decidió continuar con lo que sus progenitores habían hecho toda la vida.
“Mi padre ya producía algo y después que se jubiló yo continué”, comenzó narrando el chacrero. Pasaron los años y el arraigo pudo mucho más que la intención de ir a vivir a la ciudad, de hecho ello nunca ocurrió y Carlos rescata con orgullo su pasado de niño rural y refuerza con simples palabras su identidad de pertenecer a la campaña sanducera, asegurando en el campo la vida no tiene horarios. Su memoria lo transporta a sus años de escuela primaria, recuerdos que conserva con cierta nostalgia. “Yo fui ahí enfrente, a la Escuela 83 y éramos muchos gurises. Como no alcanzaban los recursos que enviaba Primaria, se tenían que hacer beneficios. La comisión fomento de aquella época trabajaba muy fuerte para obtener los dineros que faltaban y así compraron útiles y otros insumos para el establecimiento”.
Recorre con su mirada y señala con su dedo índice algunos terrenos, mientras comenta que “los campos de la colonia estaban todos poblados con chacras de 30 y 40 hectáreas que producían en forma sostenida”.
Este productor fue testigo del gran movimiento que generaban esos vecinos y la filosofía de vida que tenían los alemanes al momento de trabajar la tierra. “Alcancé a ver cómo trabajaban los alemanes. Recuerdo que araban y sembraban con caballos muchas horas por día. Mi padre también lo hizo, pero poco a poco se fueron tecnificando. Hubo épocas muy buenas en que había mucha producción de granos. La fuerte incidencia agrícola impulsó otros cultivos de gran incidencia social y económica para estos territorios, como lo fue la remolacha para la producción de azúcar, la que se extendió hasta un poco más del año 1980”, agregó.
En cuanto a si es productivo seguir apostando en estas tierras, Carlos cree que “bien vale la pena seguir acá porque nosotros ya tenemos ciertos años y la vida de uno está arraigada. Por eso creo que tenemos que pelearla desde aquí. ¿Qué vamos a hacer nosotros a esta altura de nuestras vidas en la ciudad? Porque si surge algún inconveniente resulta más viable resolverlo en donde ya estamos”.
Si bien los servicios de energía eléctrica, telefonía fija y móvil celular, televisión por sistema de abonados y agua de pozo semisurgente, son una realidad que han mejorado considerablemente los elementos materiales, este vecino dijo que “sigue faltando cierto apoyo al pequeño productor. Se trata de obtener mayor apoyo económico con créditos más blandos y que se puedan pagar. Porque un productor como yo no puede ir al banco. Seguramente hay muchas cosas para mejorar. Es una lástima, porque esta colonia era de mucha gente y se fueron yendo de a poco y han quedado muchas taperas. Hemos venido cambiando de generación en generación con pensamientos diferentes. A nuestros viejos les interesaba que fuéramos a la escuela primaria del lugar y en el caso de continuar el liceo en la ciudad, que lo hiciéramos viajando permanentemente y así poder ayudar en la chacra. Hoy primero se van los gurises y se terminan llevando al resto de la familia. Son distintas formas de pensar, aunque dicen que es para una mejora en la educación”.
En cuanto al presente, Carlos afirmó que “estas chacras fueron compradas por un crédito que hubo a través del Banco Hipotecario por los años 1940, cuando todavía no existía el Instituto Nacional de Colonización. Se trataba de créditos que daban a muchos años. Por ejemplo la chacra que compró mi padre –en junio de 1946– la pagó en dos años en un tiempo que le fue muy bien con la cosecha. Anduvo bien y la pagó. Ahora resulta que el año pasado salió una ley en la que el Instituto pretende tener mando sobre estos campos, por eso es que nos llaman colonos. Pero no tiene nada que ver. Colonos son los que están arrendando chacras de colonización, pero estas no son arrendadas. En mi caso no soy colono. Nosotros somos propietarios y pagamos todos nuestros impuestos. Aunque si vas a hacer algo tenés que consultar en Colonización. Vamos a ver qué pasa con la ley”, concluyó.


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