Paysandú, Sábado 03 de Abril de 2010

OPINIONES

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Locales | 28 Mar UN LOGRO PARA GUICHÓN: PLAN MEVIR III
  Cómo es de público conocimiento hace escasos días el Sr. Secretario de la Junta Local de Guichón ha hecho “pública” la noticia de que Mevir --Movimiento de Erradicación de la Vivienda Insalubre Rural--, ha comenzado con toda su capacidad humana, técnica y burocrática, para que el Plan III en esta ciudad comience sus “cimientos”, llamando a interesados por parte de las visitadoras sociales de dicho organismo, solicitándoles la documentación necesaria, se los visitará, se realizará lista de adjudicatarios --y otra sustitutita--, de acuerdo al número de viviendas a construir, tanto en terrenos propios como en el adquirido por Mevir. Es comenzar a “echar raíces”, para luego empezar a andar, lo que demandará un tiempo razonable.  Un enorme logro para Guichón: ¡enhorabuena!, porque verá satisfecha una de sus tantas necesidades básicas.  Pero como todo “proceso” tiene un costo, un costo anterior que muchas veces no es conocido por la población en general. Éste, se debe resaltar, aún cuando el objetivo se logró.
Desde mediados del año 2006, vecinos de Guichón, existe una Comisión Local Pro Mevir III, que estuvo y está trabajando. No es necesario detallar los nombres de las personas que la integran, pero sí se debe destacar estos casi cuatro años de trabajo silencioso realizado, que no tiene hora, ni precio, ni partidos y/o banderas políticas. Una Comisión que se crea con un propósito, que es su objetivo y razón de ser: concretar el Plan III de Mevir para Guichón.
 La Junta Local, cuyos integrantes, electos por los partidos al que pertenecen, fueron designados para desempeñar una función específica: servir de nexo entre el gobierno departamental y las necesidades de la ciudad, en este caso Guichón, de sus habitantes, de todos sus pobladores, aún de quienes no lo votaron. Una de esas necesidades es la habitacional, objetivo para el cual fue creado Mevir.
Uno de los inconvenientes en este largo proceso fue la falta de coordinación, de comunicación de estos organismos: Junta Local y  Mevir, de sus representantes, que son la cara visible, con la Comisión Local Pro Mevir III. Se supone el trabajo debía ser coordinado, en lo local entre la Junta, Comisión y ambos con Mevir, pero no, por un lado Junta Local, el Sr. Secretario de la  Junta Local, Mevir y el Sr. Presidente de Mevir --tarea que la Junta debía llevara a cabo, ya que ese es su rol, pero no en forma exclusiva--; y por otro la Comisión Local Pro Mevir III, ignorada --salvo una excepción hacia mi persona--, debiéndose enterar de los acontecimientos “por terceros”. La Comisión con errores o aciertos ha trabajado todos estos años, pero como dice la experiencia, es mejor equivocarse haciendo y no mirar cómo se equivocan los demás. Sin hacerla partícipe de los pasos, avances logrados como por ejemplo la compra del terreno donde se edificarán las viviendas; está claro que Mevir sí se comunicaba y coordinaba esfuerzos con la Junta Local, pero no con la Comisión (salvo, repito, una excepción específica), cosa que considero debió hacerse por un mínimo de educación y respeto hacia estas personas, y si las diferencias lo hacían imposible cara a cara, se podía hacer por escrito, cosa que no se dio, por parte de ninguno de los dos Organismos mencionados. Será por afinidad política, de funcionamiento, por razones personales, o como quiera llamárselas; o por desacuerdo con la tendencia político- partidaria de los integrantes de dicha Comisión. O mejor dicho, por diferencias de ideas políticas o de color con la Junta Local, ¿o personales respecto a algún integrante de la Comisión y quien preside la Junta? Si es así, grave error cometido porque, señores integrantes de Junta Local, una Comisión no tiene color político porque es un todo, y la tendencia política de sus integrantes pasa a un segundo plano; en primer plano está la pertenencia a esa Comisión, su objetivo para el cual fue creada. Esta actitud lesionó notoriamente el funcionamiento interno de esta Comisión, lastimó profundamente a las personas que la integran. Esto no debería suceder. Pero si pasa, los intereses y/o problemas personales, partidarios, no deberían interferir una tarea, un objetivo general debe ser superior a todo. Es de orden destacar el trabajo que realizaron Nancy Cabrera, Vicente Bessio, etcétera (si omito nombrar a alguien las disculpas del caso), haciendo un relevamiento, con datos y documentación, que fueron oportunamente enviados a Mevir; más de 300 familias interesadas en ese momento, la molestia y el tiempo personal, las horas dedicadas, las llamadas a costo personal realizadas, horas de trabajo y dedicación que no tienen precio, pero sí un valor muy alto. Valen mucho y que aunque dicho esfuerzo no sea valorado por quienes deberían hacerlo, tiene en lo personal, un sabor que cada uno guardará con satisfacción por haber hecho lo que debía hacer.
Pertenezco a una familia, que desde varias generaciones atrás (abuelos, tíos abuelos, padres, parientes) “vivió y se enraizó en el medio rural”, antecesores que lucharon para lograr el Plan I de Mevir en Pueblo Beisso, a quienes  recuerdo y cito con mucho respeto, orgullo y amor (sin jactancia); siendo mi padre recaudador del pago de las cuotas durante años (ahora se le llama cobrador). Presencié allá por los años ochenta y poco, la entrega de llaves en un día lluvioso, pero no triste; en el galpón de AFE de estación Piñera, con la presencia del Doctor Gallinal (luego del sorteo respectivo) y las familias favorecidas; vi, señor presidente de Mevir, en el rostro de cada uno de ellos la alegría, la emoción, al recibir las llaves de lo que sería “su propio techo”.
Por eso lamento profundamente que la “política” de Mevir haya cambiado tanto, su procedimiento despersonalizado (sin dejar en claro que, obviamente, sigue cumpliendo su objetivo), pero me pregunto el por qué del cambio en su actuar en todo este “proceso”, de la actitud de sus representantes; que se dependa tanto del Partido Político que gobierne. Que  deje su política (en sentido amplio de la palabra), la del comienzo: en el aspecto humano, de persona a persona, el de erradicar la vivienda insalubre (en las que viven personas). Que por su color político, afinidad o no al partido que gobierna; catalogue a las personas que integran una Comisión que trabaja, con aciertos o errores, en pro del mismo objetivo; y que no reconozca ni respete y valore su trabajo como tal, ni le otorgue el lugar que le corresponde, como en cualquier otra en otro punto del país. Y sí, ya se lo que se me respondería: que los tiempos han cambiado, el medio (rural o urbano), metodología y economía son diferentes, que todo es diferente; pero lo que sí les puedo asegurar, señores titulares de los organismos a quienes  me refiero, que algo no ha cambiado, y no creo cambie nunca: que es ese sentimiento, esa expresión de alegría de las personas que esperan y logran su llave, la del techo propio. Hay ciertos valores que no cambian, señores. Sería bueno, y como conclusión, que cada uno ceda un poco en su postura, sabiendo lo que hace, respete y reconozca lo que los demás hacen, sin cerrase en una sola dirección, para así recibir el mismo tratamiento y respeto. 
Mónica Fuidio Hiriart, C.I: 2.709.159-3


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