Deportes | 11 Abr Fénix 1 Peñarol 2
Escenario: Estadio Centenario. Público: 55.000 personas. Arbitros: Jorge Larrionda, Pablo Fandiño y Marcelo Costa.
Fénix: Lerda; Varela, Fogst, Tabárez, Píriz; Papa (80’ Ruocco), Acosta (57’ Lima), Rivero, Aguiar; Mier y Canobbio (51’ Novick). DT: Rosario Martínez.
Peñarol: Sosa; Aguirregaray, Alcoba (28’ González), Guillermo Rodríguez, Darío Rodríguez; Marcelo Sosa, Orteman, Urretaviscaya (71’ Alonso), Ramírez (63’ Olivera); Pacheco y Martinuccio. DT: Diego Aguirre.
Goles: 6’ Mier, 19’ Martinuccio, 47’ Urretaviscaya.
Expulsados: 73’ Marcelo Sosa, 84’ Ruocco.

Se terminó lo que se daba. Peñarol, el mejor equipo del medio, ganó su 12º partido consecutivo en el Torneo Clausura. Y fue, sin dudas, el más importante. Porque le permitió coronar con el título en forma anticipada un torneo de ensueño, sellando a su favor el campeonato, el pasaje a las finales del Uruguayo y la vuelta a la Libertadores con puntaje perfecto.
El equipo de Diego Aguirre, el gran artífice de esta topadora carbonera, derrotó a Fénix por 2 a 1, dando vuelta el partido en un Estadio Centenario repleto de hinchas carboneros, que se desahogaron después de varios años de espera. Los albivioletas, que en excelente campaña se salvaron del descenso y son escoltas del ahora definitivamente campeón, no pudieron frenar a un Peñarol que sacudió la segunda parte de la temporada.
Fénix se puso arriba en el marcador cuando apenas traqnscurrían 6 minutos del partido, por intermedio de Mier, que definió ante la salida de Sosa tras recibir un pelotazo desde su misma portería. Pero Peñarol se repuso, mantuvo la tranquilidad pese a tener que cambiar en la defensa por lesión de Alcoba, y en su primera llegada clara al arco de Fénix abrazó la igualdad con gol de Martinuccio.
Más allá de que el rival se abrazó al esquema de defender y contragolpear, estaba claro que el partido estaba a pedir de boca de Peñarol. Urretavizcaya le imprimió vértigo al ataque aurinegro, y él mismo se encargó --al comienzo mismo del complemento-- de anotar un golazo para darle a su equipo la posibilidad de dar vuelta la historia y prácticamente sellar el título. Faltaba mucho, Fénix intentó aprovechar y estuvo cerca cuando tuvo un hombre más en la cancha, pero no tuvo suerte.
Peñarol se afirmó, lastimó y terminó dejando pasar los minutos sabiendo que el título estaba en sus manos. La copa le fue entregada a Pacheco, la gran figura de esta nueva versión carbonera, pero no hubo vuelta olímpica.
Es que en lares aurinegros aseguran que esto es solo el primer paso, porque todavía quedan las finales ante Nacional por el Uruguayo. Y ese es el gran objetivo, el que valdrá la pena festejar.