Paysandú, Jueves 15 de Abril de 2010
Locales | 12 Abr “Si bien la experiencia ha sido mucho mejor de lo esperado, no ha sido una sorpresa, porque conocíamos la experiencia del doctor Washington Lanterna y también del doctor Mario Lanterna, así como sabíamos de las bondades del Sanatorio Modelo y de su block quirúrgico”, afirmó el coordinador del Centro Regional de Neurocirugía, profesor grado 5 de la cátedra en la Facultad de Medicina, doctor Saúl Wajkopf, al evaluar los resultados del primer año de funcionamiento.
Subrayó que para la concreción de este avance en el tratamiento quirúrgico específico de las dolencias crónicas, tumores y accidentados con traumatismos encéfalocraneanos, “solo tuvimos que venir y, de alguna manera, integrarnos nosotros a lo que ya había en Comepa”. Destacó el excelente Centro de Tratamiento Intensivo “con gente joven y de muy buen nivel para lo que vinimos a hacer aquí, lo que habitualmente realizamos en Montevideo donde centralizamos nuestra tarea. Acá recibimos pacientes de Salto y todo el Litoral así como a veces de otros departamentos de la región. Hacemos todo tipo de neurocirugía con mucha satisfacción tanto en la parte de urgencia como en la de coordinación (pacientes con dolencias previamente detectadas y tratadas) y nos movemos muy coordinadamente con colegas del resto del país”. El doctor Wajkopf indicó que “hemos operado casi 100 pacientes en este primer año de actividad con muy buenos resultados y bajo índice de complicaciones, sin problemas logísticos o de relaciones (profesionales) que a veces son los que empañan nuestra tarea. Esto nos deja muy contentos y nos da el empuje necesario para seguir hacia adelante”.
La mitad de operados
fue de urgencia
Uno de los aspectos que confirmó el coordinador del Centro Regional es que “prácticamente la mitad de la neurocirugía que se hace aquí y en todos lados, es la de urgencia. En esa urgencia tenemos los traumatismos encéfalocraneanos (TEC) que involucran un tercio del total de las intervenciones. Pero hacemos de todo, las malformaciones congénitas, toda la patología tumoral, gran parte de la patología vascular que tiene tratamiento quirúrgico o sea que, de alguna manera, contemplamos todas las subespecialidades”.
Respecto a la sobrevida de los operados, dijo que “los porcentajes son los mismos que se citan como buenos en centros internacionales: tenemos una mortalidad que va del 25 al 35 por ciento en los TEC graves, que es baja dentro de lo aceptado y una tasa de buena evolución de más del 50 por ciento. Reitero que son cifras internacionalmente aceptadas y cuando uno dice ‘buenos porcentajes’ alguien que lea esto podrá sentirse sorprendido de que la mortalidad sea tan alta, pero es así y hay que tener en cuenta que por TEC sufridos en accidentes de tránsito llegó a ser en Uruguay más del 40 por ciento del total y desde la década de 1960 hasta ahora a los porcentajes que menciono en lugares que cuentan como acá, con emergencia, tomografía, block quirúrgico, CTI y demás servicios de apoyo”.
Negativo acostumbramiento
al riesgo
Sobre las consecuencias muchas veces mortales de los accidentados de tránsito, el doctor Wajkopf indicó que “uno advierte en la sociedad un acostumbramiento a los accidentes que, lamentablemente, le quitan dramatismo. Se habla de Sida o del virus H1N1 y a todos nos conmueve e incluso hay mucho espacio en los medios de difusión, así como interés público. Sin embargo mueren dos uruguayos por día en accidentes de tránsito, muchísimo más al cabo del año que las decenas de muertos por aquellas dos causas en todo 2009. Pero de los accidentes de tránsito se ve que no nos gusta hablar o hacemos la ‘vista gorda’ porque vemos que conducen rápido, andan sin casco en moto, no respetan las normas de tránsito o conducen bajo los efectos del alcohol”.
Para comenzar a revertir tan complicada situación sostuvo que “se requiere mucha educación para formar la conciencia preventiva y, aclaro, lo que nosotros hacemos es la asistencia, la etapa final. Lo que falta o falla es la primera etapa y es tratar de evitar que haya tantos accidentes. De todas formas, hay que aceptar que se ha avanzado bastante tanto desde lo legal como en organizaciones y personas que están involucradas en tratar de solucionar un tema muy difícil. Como digo, la mayoría de la gente parece aceptar que los accidentes son parte de todas las actividades del día”.
En ortro orden, admitió que “hay una gran incidencia en los accidentes vasculares encefálicos y lamentablemente en todo el país no se ha logrado mentalizar -esto lo digo por estar dentro del ambiente universitario- ni siquiera a los colegas de la trascendencia de su diagnóstico y tratamiento precoz. Como sí se logró, con mucho esfuerzo, en los últimos treinta años respecto de toda la patología cardíaca. Entendemos que la patología vascular encefálica requiere la misma urgencia, dedicación y coordinación de actividades médicas sobre todo para lograr buenos resultados”.
ALTAMANTE POSITIVO
La presidenta de Comepa, doctora Loyda Ponce, señaló que “la existencia del Centro de Neurocirugía Regional o del Litoral, como gusta llamar su coordinador, ha sido altamente positivo. En especial porque Paysandú que ha sido pionero en la neurocirugía con la intervención del doctor Washington Lanterna, tuvo con su retiro profesional una carga pesada para el también especialista Mario Lanterna, teniendo en cuenta el movimiento que tiene nuestra sociedad y la región, con todos los accidentes de motos y demás”.
“Tuvimos la suerte de lograr en 2009 un convenio, junto con Salto, con el profesor doctor Saúl Wajkopf y todo su equipo que para nosotros ha sido muy positivo. Comprende toda la tarea de esta especialidad, las intervenciones complejas que hay que realizar y ello, prácticamente, nos ha permitido no tener que hacer derivaciones a Montevideo porque aquí se resuelven absolutamente todos los casos”.
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