Deportes | 19 Abr PEÑAROL 0 NACIONAL 0
Escenario: Estadio Centenario. Público: 55.000 personas. Arbitros: Martín Vázquez, Carlos Pastorino y Miguel Nievas.
Peñarol: Sebastián Sosa; Matías Aguirregaray, Alejandro González, Guillermo Rodríguez, Darío Rodríguez; Sergio Orteman, Egidio Arévalo Ríos, Jonathan Urretaviscaya, Gastón Ramírez (73’ Ruben Olivera); Antonio Pacheco y Alejandro Martinuccio (73’ Diego Alonso). DT: Diego Aguirre.
Nacional: Rodrigo Muñoz; Alvaro González, Alejandro Lembo, Sebastián Coates, Christian Núñez; Raúl Ferro, Oscar Javier Morales, Maximiliano Calzada (80’ Matías Cabrera); Angel Morales; Sergio Blanco (71’ Santiago García) y Gustavo Varela (86’ Sebastián Balsas). DT: Eduardo Acevedo.

Apenas terminó el clásico por la 13ª fecha del Clausura comenzó la discusión. ¿A cuál de los dos le sirvió más el empate sin goles? ¿A Peñarol o a Nacional? Y como de fútbol se trata, las opiniones son diferentes y todas válidas. ¿Cuál es la sensación? Lo que refleja la realidad: Peñarol estuvo muy lejos de poder imponer su favoritismo para esta versión del clásico pese a lo que el punto le sirve para acariciar la obtención de la tabla anual, y Nacional frenó a un equipo que se comía a los niños crudos, saliendo fortalecido de cara a las finales.
Es que si bien la victoria hubiera acercado a los tricolores a Peñarol en la anual, el haber frenado a un tren imparable en un momento en que el equipo de Eduardo Acevedo está lejos de su mejor funcionamiento, le permite mirar con mayor confianza las definiciones del Uruguayo, las próximas finales ante el carbonero.
Ayer, en un Estadio Centenario colmado en las tribunas y con una cancha impresentable por el mal tiempo, Nacional sorprendió tomando la batuta del partido. Y más allá de que Orteman estuvo cerca a los 10’, Nacional dominó la cancha, planteó su partido y el golero rival le tapó a Blanco lo que era la apartura del marcador.
Sí, con sus pocas armas el tricolor se plantó en la cancha en forma inteligente durante los primeros 20 minutos, manejando la pelota e intentando ser más que su rival. Pero poco a poco el equipo se fue estirando en la cancha y Peñarol, sabiendo que necesita terreno para explotar la velocidad ofensiva, fue cambiando la pisada y aprovechó la situación.
En una corrida imparable tras recibir rápidamente de las manos de su arquero, Urretaviscaya tuvo en sus pies la más clara de Peñarol, pero el caño izquierdo del arco defendido por Muñoz, que luego debería salir a ahogar a Martinuccio afuera del área, jugó para Nacional. Y sobre el final, Calzada sacó en la misma línea de gol, de cabeza, la pelota enviada por Orteman directo a la red.
Antes, Nacional había llegado en un par de ocasiones, incluyendo un disparo de Ferro que Sosa mandó al córner.
El partido tenía emociones y nada hacía suponer lo que sucedería en el complemento. Es que el segundo tiempo fue un insulto al fútbol, con dos equipos que se cuidaron demasiado, sabiendo que la premisa era no perder. Pero Nacional, luego de haberse sentido en peligro, optó por cerrarle los caminos al rival, de no darle espacios para encarar en velocidad. Y Peñarol, lejísimo del equipo que puede ser, tampoco quiso nada. Apenas un remate de media distancia para cada lado fue el saldo del segundo tiempo de este clásico que terminó sin goles, y tras el que se mantiene la diferencia en la anual.
Lo cierto es que el favorito no pudo imponer su condición y este Nacional terminó frenando a un rival al que se volverá a enfrentar en las finales.