Opinion | 29 Abr En una ciudad los espacios abiertos públicos, entre los que se incluyen no solo las calles y zonas costeras, sino también las plazas y parques, constituyen un lugar natural de encuentros ciudadanos de todo carácter, espontáneos u organizados. A esa función esencial y claramente democráticas de las plazas en general, se agregan otras que son cumplidas específicamente por las plazas de deportes, tales como brindar infraestructura para la realización de ejercicios físicos, el fomento de la práctica de los mismos como herramienta decisiva para disminuir los principales factores de riesgo de la población uruguaya y, además, la detección de talentos jóvenes que puedan dedicarse a la práctica deportiva competitiva.
En Uruguay hay 114 plazas de deportes que históricamente han sido centro de desarrollo deportivo comunitario de significativo valor local y hasta hace muy poco, en su mayoría, se encontraban severamente deterioradas debido a la falta de mantenimiento.
Así vimos durante mucho tiempo a la plaza de Deportes de Paysandú, que hoy está recobrando el dinamismo de sus mejores tiempos.
Mejoras realizadas en la pista de atletismo, mayor dedicación al mantenimiento y, como corolario, la reciente inauguración del cerramiento y climatización de su piscina, contribuyen a darle un dinamismo digno de destacarse.
El buen ambiente se nota de inmediato al ingresar puesto que mientras estudiantes liceales utilizan la pista para sus ejercicios, otros jóvenes entrenan y vecinos de la zona también se arriman a la plaza para hacer alguna actividad física por cuenta propia.
El inicio de actividades en la piscina también convoca a diversas edades, tanto en lo que refiere al aprendizaje de la natación como la práctica deportiva.
En el presupuesto quinquenal pasado, el Ministerio de Deporte destinó 400.000 dólares para realizar mejoras en las plazas de Deportes del país y se comprometió a avanzar en la descentralización de la gestión, adecuando las actividades a las características e idiosincracia de la población local. Fue una buena decisión, que amerita ser profundizada con la inclusión de los debidos recaudos presupuestales para el próximo quinquenio.