Locales | 28 Abr Paysandú será uno de los lugares del país donde se desarrollará el Plan de Impacto Habitacional, también denominado “plan solidario de vivienda”, que el gobierno nacional comenzará en el segundo semestre del año.
Según pudo saber EL TELEGRAFO, nuestro departamento integra la lista de 15 puntos del país donde comenzará el plan piloto --que se propone avanzar en el abatimiento de la pobreza y la marginalidad, mejorando las condiciones de hábitat de las familias-- y ya han habido contactos iniciales entre el gobierno nacional y la Intendencia por este tema.
Para el desarrollo de este plan, el gobierno creó una unidad que trabaja directamente con la Presidencia de la República y a la que se trasladarán rubros presupuestales de otros sectores del gobierno, ya que se entiende que su inicio no puede esperar la aprobación del nuevo presupuesto, que estará disponible para ejecutar el año próximo.
La Dirección Nacional de Vivienda maneja variadas tipologías constructivas a utilizar en el plan, entre las que se incluyen la construcción con barro, la madera, bloques y ladrillos, con el requisito que cumplan con los requerimientos exigidos, como por ejemplo condiciones térmicas de paredes, techos y de aislamiento.
UN CAMINO INNOVADOR
Durante su reciente visita a Paysandú, la senadora Lucía Topolansky se refirió a las características del plan solidario de construcción de viviendas y si bien no dio detalles sobre los lugares dónde comenzará, dijo que “arrancará en 15 puntos del territorio nacional”.
Subrayó que nuestro país tiene un déficit de aproximadamente cien mil viviendas y que “si bien en los últimos cinco años se redujo la indigencia a la mitad y a un tercio la pobreza, aún queda, y una forma de seguir abatiéndola es mejorar la situación de vivienda”.
“Vamos por un camino totalmente innovador, porque el plan quinquenal presupuestará sus programas de vivienda como siempre, pero esto va por otra vía y apela a involucrar a la comunidad, incluso a través de la participación de voluntarios”, agregó. Sobre las características de las viviendas, dijo que la superficie construida será acorde a la cantidad de integrantes de la familia, que habrá dormitorios separados para los padres e hijos varones y mujeres y que todas las casas “tendrán resuelto el tema del baño y la cocina” aunque “la terminación final será por autoconstrucción de cada familia”. “Estamos abiertos a todas las modalidades constructivas y se hará en cada pago lo que más resulte. En cada departamento habrá producción de bloques o ladrillos y se apelará a la mano de obra carcelaria para montar talleres donde se hagan puertas o ventanas, por ejemplo”, sostuvo.
Añadió que en cada uno de los quince puntos del plan piloto se trabajará unos seis meses en la construcción de viviendas básicas, en tanto que también se pretende dejar en funcionamiento un CAIF Club de Niños, Policlínica y una comisión barrial.
Señaló también la importancia del voluntariado “en el que se tratará de implicar al propio beneficiario y a la gente del entorno, porque a todos nos conviene que el barrio que tenemos al lado funcione bien”.
“Somos conscientes que el plan es ambicioso, pero tenemos un déficit cercano a las 100.000 viviendas y si no encaramos un plan de este tipo no vamos a llegar”, afirmó, al tiempo de señalar que numerosos particulares y empresas ya están efectuando donaciones de materiales de construcción y que “todo sirve. No pretendemos que las casas queden todas igualitas, algunas podrán tener ventanas de aluminio y otras de madera, de acuerdo a lo que haya. Lo importante es que sean viviendas dignas”, afirmó.