Locales | 06 May BASE CIENTÍFICA ANTÁRTICA ARTIGAS, Isla Rey Jorge (Por Lorena Castellano Rivero). La ventisca cambió los planes de los visitantes de la Base Artigas, no así de quienes trabajan en forma permanente. No obstante, resultó una buena oportunidad para conocer lo que es el “viento blanco” antártico.
Las actividades de la jornada comenzaron en la base a la misma hora de costumbre, pero el clima hacía ver que no habría muchas posibilidades. Sobre las 11, cuando el aguanieve lo permitió, los sanduceros acompañamos a algunos de los científicos hasta dos lagos próximos a la base uruguaya. Los científicos tomaron muestras de suelo y musgo para ser analizados en Montevideo, en el marco de diferentes proyectos de investigación que se llevan a cabo en la Isla Rey Jorge.
Las 15 era la hora marcada para salir hacia la base chilena Frei, donde éramos esperados para conocer las instalaciones, en especial la escuela primaria a la que asisten los hijos de la dotación permanente. Pero la ventisca se hizo sentir en la Isla Rey Jorge y los planes fueron cancelados.
Para quienes nunca habíamos visto una ventisca –nieve movida por el viento-- resultó llamativo y fue motivo de fotos, a pesar de que la nieve se metió hasta en los bolsillos de las camperas. Sin embargo, hubo quienes se animaron a jugar en la nieve en medio de la tormenta. Es que el buen ánimo ni siquiera la ventisca se lo lleva.
Aunque la ventisca detuvo las tareas de algunos visitantes, otros continuaron desarrollando sus tareas. Hubo científicos que se arriesgaron a tomar muestras en medio de la tormenta, mientras que otros técnicos trabajaron en las diferentes instalaciones de la base. La ventisca duró hasta las 18 horas, con momentos en que la visibilidad era casi nula. Durante la jornada hubo intenso viento, a un máximo de 87 kilómetros por hora. Al calmar el viento, la temperatura aumentó, alcanzando la máxima de la jornada de 1,2 grados a las 20 y 30, mientras que la mínima se registró a la 1, con 10,9 grados bajo cero.
Más allá del clima antártico, dentro de la base se vive otro ambiente. En la noche, después de la cena, el truco se repitió mientras que otros se divirtieron con el karaoke. “Puerto Mont” fue cantada a viva voz por todos los asistentes al concierto del comedor.