Paysandú, Domingo 09 de Mayo de 2010
Locales | 07 May Parada Rivas se ubica en los fondos de la escuela 67 de termas de Guaviyú y a 60 kilómetros de la estación Central Paysandú. Como otras tantas paradas y estaciones de ferrocarril de nuestro país, fue testigo de un intenso tráfico de trenes de cargas y de pasajeros, que en otros tiempos cruzaban por esos campos, conectando las estaciones del litoral norte con Paysandú. Ese movimiento generó mucha actividad y a mediados de la década de 1960 los estancieros de la zona efectuaron importantes embarques de ganado con destino a Montevideo y a otros puntos del país. Pero, este destino esconde una particularidad, porque – una vez inaugurado el centro termal Guaviyú – fue utilizado por quienes simplemente deseaban disfrutar de un baño termal y no encontraban mejor forma que viajar hasta el referido complejo de aguas templadas, por tren y disfrutando del paisaje. Tiempo después, a raíz del fenómeno que generó el complejo termal, se construyó – a 1000 metros del lugar original – otra parada que pasó a denominarse Parada Termas de Guaviyú.
Parada Rivas fue construida en los campos que fueron propiedad de un señor de apellido Rivas. Campos donde posteriormente cobraron vida las estancias: Las Mercedes, Quinteros, Tres Lagunas y Los Olivos.
Un pequeño tanque – que en otros tiempos abasteció con agua a las locomotoras movidas a carbón – hoy luce un avanzado estado de deterioro. La herrumbre es la fiel muestra que ese depósito hace un buen tiempo dejó de prestar servicios a las máquinas que detenían su marcha para la recarga de agua.
Una garita, una pequeña plataforma central y un depósito para herramientas, son los vestigios de un pasado que mantuvo ocupados a operarios y funcionarios de la Administración de Ferrocarriles del Estado (AFE). El paisaje se completa con una modesta casa de familia que se levanta hacia uno de los costados del predio y cerca de la tranquera de ingreso a la parada. Hoy – por parada Rivas – cruzan entre uno y dos trenes por semana cargados básicamente con arroz procedente de Salto y con destino a Montevideo. Pero hace unos meses atrás una empresa argentina contrató el servicio ferroviario uruguayo para transportar cemento Portland desde la planta Ancap de Paysandú hasta Asunción del Paraguay, y parada Rivas fue testigo del cruce del referido cargamento. El año pasado y en momentos claves tales como en Semana de Turismo llegaba un tren de pasajeros, que satisfacía la demanda de quienes deseaban viajar hasta las termas a un costo más económico que el transporte carretero y con el disfrute visual que solo genera un viaje en tren.
Visitar parada Rivas es – para quienes vivieron aquel intenso pasado – reencontrarse con un paisaje casi desolado. Apenas el viento hace crujir las chapas corroídas de las viejas estructuras que aún se mantienen en pie, generando cierto aspecto fantasmal al lugar.
Es visitada rara vez por curiosos turistas que alojados en el centro termal, salen a caminar por los alrededores y descubren tramos de vías férreas que aparecen y desaparecen entre los pastos. También están aquellos que aprovechan a caminar entre los durmientes, tranquilos que por allí no hay un continuo tráfico de trenes y no corren peligro.
Los más nostálgicos recuerdan tiempos en los que el tren nocturno – procedente desde Artigas y con destino a Montevideo – ofrecía a los pasajeros servicios de cena, camarotes y desayuno. Un pasado que para muchos significa un grato recuerdo, cargado de cierta melancolía.
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