Paysandú, Miércoles 12 de Mayo de 2010
Opinion | 08 May Cuando se habla de objetos de uso, el principal aspecto a tener en cuenta en su diseño es la función que deberá cumplir. Por ejemplo, si se piensa crear un vaso para beber a nadie se le ocurre hacerlo calado, porque entonces será cualquier cosa menos un vaso. No ocurre lo mismo cuando se trata de objetos meramente ornamentales, en cuyo caso igualmente deben considerarse otros aspectos tales como el tamaño en relación al espacio donde será exhibido, el peso, los materiales a usar o la iluminación que recibirá, entre otros muchos factores.
En Paysandú existen excelentes profesionales del diseño en todas las ramas, tanto sea el arte, como urbanístico, gráfico o industrial, muchos de los cuales están al servicio de la Intendencia. Cualquiera de ellos conoce perfectamente este principio fundamental y es por eso que llama la atención que los nuevos refugios en las paradas de ómnibus no parecen cumplirlo. Esto se debe a que si bien ciertamente son muy bonitos y fuertes, condición imprescindible dado que deberán soportar las inclemencias del tiempo y el ataque de los vándalos durante mucho tiempo, por lo que se aprecia no ofrecen un buen resguardo de la lluvia, el viento o el sol del verano, puesto que el techo estaría formado por dos superficies de chapa de relativo poco tamaño separadas por un espacio decorativo con tablas a la vista. Tampoco cuenta con ningún tipo de protección por los lados, lo que sería un problema menor en relación a lo anterior. Si esta es ya la estructura definitiva, no caben dudas que el artefacto no es adecuado.
Una solución para mantener el aspecto artístico sería cubrir la parte abierta del techo con algún material transparente o traslúcido, como por ejemplo con una chapa plástica o policarbonato. El primero de los materiales tiene la contra de su escasa durabilidad y el segundo su alto precio, pero en ambos casos el problema insuperable es la alta vulnerabilidad al vandalismo, puesto que son quebradizos, inflamables y se rayan con facilidad. Lo mejor sería haber hecho toda la superficie cerrada, como se hace en todos los refugios del mundo, puesto que es la única forma de que protejan correctamente de la lluvia, que es para lo que se instalan. De otra forma se estará priorizando el diseño sobre la función, y como suele suceder cuando ocurre esto, se termina gastando dinero y recursos en un objeto de dudosa utilidad.
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