Paysandú, Viernes 14 de Mayo de 2010
Locales | 07 May La escuela 90 de Sauce del Queguay arriba pone a prueba a sus pocos alumnos y a su maestro, quien intenta convencerse que en el país de Varela y en estos lugares, ¡sí se puede!
Hasta el año 2005 había matriculados 15 niños, en otras épocas llegó a un máximo de 22 alumnos. El año pasado apenas eran 3 y este año llegan a 5, (un niño de inicial, una niña en primer año, dos de tercero y otra en sexto).
Como otras tantas escuelas del interior rural, los niños cuentan con sus computadoras XO del plan Ceibal, pero al no tener conectividad sus tareas en ellas quedan reducidas. El local escolar tiene una particularidad, porque su puerta de entrada está ubicada de espaldas al camino vecinal, es decir en la parte posterior de la estructura.
Esta escuela también tiene su historia, la que revela la necesidad de su existencia. Padres que soñaron para sus hijos un destino mejor y en un lugar seguro donde poder formarse.
Por el año 1967 la población escolar de Sauce del Queguay arriba era muy numerosa. En este paraje no había escuela, los niños tenían que movilizarse hasta la zona de Sauce del Queguay abajo y concurrir a la escuela 59. Los llevaba un carrero recorriendo una distancia de 2 leguas, siendo el cruce más complicado, la calzada de la cañada Las Isletas. Debido a los inconvenientes que ocasionaba esto tales como las horas de viajes, las cañadas crecidas y otros peligros que tenían que sortear los niños para cumplir con las clases, sus familias solicitaron a la Inspección de Escuelas la apertura de una nueva escuela en la zona. Aprovecharon que existía un local desocupado perteneciente a un vecino de apellido Carballo. Realizadas las gestiones, Primaria arrendó el local. El 27 de setiembre de 1967 se abre por primera vez la escuela que lleva el número 90 de Sauce del Queguay arriba.
Luego, Fermín Fernández – un vecino – donó un terreno para la concreción del nuevo local. La superficie donada era de 1922 metros cuadrados. La dirección de dicha escuela al conocer la existía del predio, propiedad de Codicen, vio que se podía colmar una nueva aspiración, construir un edificio propio.
En 1978 se eleva a la Inspección una nota especificando las exigencias prioritarias del nuevo edificio firmada por los integrantes de la comisión de edificación escolar. Ese mismo año el agrimensor Rafael Teveneth y su ayudante proceden a la mensura y mejoramiento del predio y comienza la tramitación del deslinde. Tarea que se encargó la junta de vecinos. Luego de 9 años, contando con el desalojo, se procede a realizar las gestiones correspondientes para que se continúen con las obras del nuevo local. En el mes de junio de 1988 el intendente de Paysandú arquitecto Walter Belvisi visita el pueblo, y tras interiorizarse de los pasos dados, comienzan las gestiones para la construcción del nuevo edificio. La intendencia celebra un convenio con Codicen y se comienza con las obras en marzo de 1989, culminando el 5 de setiembre de ese mismo año. El 13 de setiembre la empresa Mello comienza con la perforación del pozo de agua, mientras que el 17 de octubre se instala el molino. El nuevo local escolar comienza a funcionar el 9 de octubre de 1989 y el 4 de noviembre se inaugura la escuela con la presencia de autoridades departamentales y nacionales.
El establecimiento tiene un salón, un comedor, una cocina, una despensa, un dormitorio y baños para el maestro, baños para los niños, una galería abierta y un pasillo.
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