Paysandú, Viernes 14 de Mayo de 2010

Nadie es perfecto

Se acerca el verano, pero las tensiones no cesan

Locales | 09 May (Por Enrique Julio Sánchez, desde Estados Unidos). El verano está a la vuelta de la esquina, como el propio Mundial de Fútbol. Temperaturas agradables, sol, días un poco más extensos, actividades al aire libre. Esto, como en toda primavera, ha disparado las ventas de artículos para el jardín, desde reposeras a los quemadores a gas o carbón, para asar -vuelta y vuelta- las hamburguesas, mientras se comparte una (o más de una) cerveza.
Al mismo tiempo, ha dado inicio a la temporada de trabajos de jardín, una poderosa industria de verano que da trabajo a miles de hispanos, quienes reciben una relativa buena paga, de alrededor de 14 dólares la hora. Cuadrillas de trabajadores acondicionan los jardines de las casas de clase media y alta, quienes pagan hasta 25.000 dólares al año por el servicio (que generalmente incluye la limpieza de nieve en el invierno). La tarea más obvia es el corte del césped que rodea estas propiedades, pero hay otras diversas, como plantación de flores, nuevos diseños de los jardines, inclusión de fuentes de agua con caídas y otras.
En realidad, la primavera y el verano son las mejores temporadas de trabajo de los inmigrantes no calificados, pues obtienen con cierta facilidad --aunque no se puede desconocer el impacto de la crisis económica y financiera-- empleos en la construcción y los trabajos de jardín. Con ellos, en general, sanean su economía y pueden ahorrar algo de dinero para el duro invierno, que muchas veces trae también desempleo para ese sector de los inmigrantes, especialmente aquellos sin documentos legales. Reciben su paga en efectivo, lo que a su vez permite que sus empleadores paguen menos impuestos, un atractivo sin dudas para los empresarios, unido al hecho de que los inmigrantes proveen una mano de obra confiable.
Por supuesto, también trabajan no inmigrantes en jardinados, pero muchas veces aquellos que pese a ser ciudadanos no pueden obtener empleos más calificados, generalmente, debido a antecedentes penales o consumo de drogas. Cualquiera de ellos hace muy difícil la reinserción en el mercado laboral, el que controla con especial interés este tipo de antecedentes, unidos ahora a los de posibles contactos con redes terroristas. En los últimos días se produjo un atentado en Nueva York, que no dejó victimas por la inexperiencia del terrorista, un ciudadano estadounidense nacido en Pakistán. Y desde entonces han ocurrido al menos otras dos alarmas, aunque resultaron falsas. Los próximos meses, por otra parte, seguramente estarán cargados de tensión social por las crecientes protestas que ganan las calles en varios Estados.
En New Jersey son los estudiantes, los maestros y profesores quienes recorren las calles demandando que no se efectúen los severos recortes presupuestales anunciados por el gobernador Christie, mientras que los hispanos se movilizan en diversas partes de la nación contra la ley anti inmigrante recientemente aprobada en Arizona.
La mala noticia de estos días ha sido que Pensilvania podría convertirse en el segundo Estado en tener una ley de estas características si prospera la intención del republicano Daryl Metcalfe, que pretende criminalizar la presencia de inmigrantes sin documentos legales, los que podrían ser detenidos a discreción por la policía por el simple hecho de “parecer” hispanos.
La propuesta se basa en un supuesto ahorro presupuestal, de más de setecientos millones de dólares, en servicios de educación y salud que hoy se brindan a los indocumentados. Como siempre, no considera el enorme aporte que esta mano de obra barata hace al Estado.
En tanto, el Partido Republicano podría haber encontrado el político hispano que estaba necesitando para intentar atraer a este electorado, que mayoritariamente se alinea con el Demócrata, especialmente por sus intenciones de concretar una reforma migratoria que solucione la situación de por lo menos once millones de inmigrantes indocumentados.
Marco Rubio, de ascendencia cubana, aparece como gran candidato republicano a triunfar en Florida, por encima del propio gobernador Charlie Crist. Rubio, quien ha sido comparado con Obama, tiene una historia singular.
La gran diferencia es que apoya leyes como las de Arizona, aduciendo razones de seguridad pública, ciertamente un elemento muy sensible para todos los estadounidenses.
Los próximos meses ciertamente serán fundamentales para la suerte de una posible reforma migratoria y para la puesta en marcha de leyes como las de Arizona o su cancelación por la vía judicial.


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