Paysandú, Domingo 16 de Mayo de 2010
Nacionales | 12 May Los votos van y vienen
El interminable proceso electoral uruguayo quedó atrás.
De todos estos meses de campaña, debates y acusaciones, solo quedan papel picado junto a los cordones, pegatinas descoloridas y la sensación de que el electorado uruguayo es muy poco previsible. El mapa político uruguayo quedó completamente definido para los próximos cinco años, pero antes de comenzar a trabajar, la clase política intenta establecer qué fue lo que salió bien y dónde se cometieron errores. Los dirigentes del Partido Colorado -según informó “El País”- entienden que los votos extrapartidarios que recibieron sus candidatos en Salto y Rivera forman parte de una nueva tendencia electoral, en donde los electores ya no están sujetos a partidos políticos, sino que se inclinan por quienes tienen posibilidades de derrotar a un enemigo común. “La gente eligió al candidato que estaba mejor posicionado para enfrentar al otro, así pasó en Rivera y San José”, opinó el ex presidente de la República, Jorge Batlle. Respecto a la sorpresiva victoria de Germán Coutinho en Salto, un dirigente afín a Pedro Bordaberry estimó que el candidato colorado recibió votos de los blancos, pero también “algunos” del Frente Amplio. Mientras tanto, el líder de Propuesta Batllista, José Amorín, consideró que la victoria nacionalista en varios departamentos también se nutrió de votos colorados. “Es obvio que en la municipal la gente vota al candidato y no al partido. Si se observa Colonia, San José y Soriano se ve que se polarizó entre los blancos y el Frente. Allí miles de colorados votaron a los blancos. En Salto y Rivera se dio al revés”, afirmó. Parece que la política ya no es cosa de pasiones, sino de estrategias. Seguramente muchos estarán tomando nota de las nuevas reglas del juego.
El sabor amargo de la victoria
En el Frente Amplio el resultado electoral del domingo dejó un sabor agridulce. Si bien sus candidatos lograron retener los municipios con mayor concentración poblacional del país, las derrotas en Salto y Paysandú, sumadas a la disminución de votos en Montevideo y Canelones, generaron profunda preocupación, aunque existe consenso respecto a que no debe hacerse un análisis “en caliente”. El presidente José Mujica, durante el último Consejo de Ministros, dijo que no era momento de hacer un balance de lo sucedido, aunque más tarde el vicepresidente Danilo Astori hablo de “tirón de orejas” para el Frente Amplio. Por su parte, la senadora socialista Mónica Xavier, dijo a “El País” que ahora es necesario “analizar un montón de factores” que quedaron pendientes, como los altos porcentajes de votos en blanco, en tanto el secretario general del Partido Comunista, Eduardo Fernández, calificó la pérdida de votos, fundamentalmente en la capital del país, como un “golpe importante”, ya que es “la primera vez” que sucede con la coalición en el gobierno. Mientras tanto, el senador Enrique Rubio refirió a la polarización como posible causa de la derrota en algunos departamentos. “Entonces, había sucedido en varios departamentos que el Frente Amplio ganó (en las nacionales de octubre) siendo segunda o tercera fuerza en un esquema de tres”, opinó y agregó que “ahora llegó al gobierno y era candidato favorito y hubo un corrimiento de blancos hacia colorados o viceversa. Entonces se convirtió en un fenómeno diferente. Me parece que eso pasó mucho en el litoral”.
Los únicos blancos frenteamplistas
Mientras los dirigentes políticos se preocupan por saber a dónde fueron a parar sus votos o de dónde vinieron otros, los politólogos intentan analizar el significado de los miles de sufragios en blanco que se registraron fundamentalmente en Montevideo y Canelones. De acuerdo a un informe elaborado por el mismo matutino, la gran mayoría de los politólogos considera que existe un descontento hacia el sistema electoral que se tradujo en votos en blanco en todo el país, pero lo sucedido en Montevideo y Canelones podría considerarse como “voto castigo” hacia el Frente Amplio. El director de Interconsult, Juan Carlos Doyenart, consideró que el Frente Amplio “tiene que preocuparse por este resultado, pero los blancos y colorados también, porque aun existiendo un nivel de descontento tan grande, no lograron captar esos electores”. No obstante, opinó que lo sucedido en los referidos departamentos significó “un voto castigo a los gobiernos del Frente Amplio”, en tanto los votantes frenteamplistas de octubre “no siguieron al partido” en las municipales, “pero tampoco cruzaron la valla”. “Yo le llamaría un tirón de orejas; no se fueron de casa, pero dejaron claro que no les gustó la actuación del partido”, añadió. Para el responsable de Factum, Eduardo Botinelli, el fenómeno del voto en blanco “demuestra un descontento general, no solamente con el Frente Amplio, sino también con todo el sistema, porque por algo esas personas no votaron otras opciones”.
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