ESCRIBE EL DR.
RODOLFO CANABAL

Locales | 18 May Tal como lo indican las comillas, el título del presente comentario no es del autor de este comentario. Fue tomado del reportaje que el suplemento “El Empresario” de “El País” de Montevideo, de fecha 14 de mayo  reciente, por coincidir, en sustancia, con conceptos sustentados desde hace tan largo lapso que se cuentan por décadas. Al respecto, fue muy grave el  error que se cometió en el país al no dar, a tales servicios,  la trascendencia que tienen, y algo peor:  aplicar una política que en puridad, más que no atender debidamente tales servicios, los perjudicó profundamente, y en  buena medida los eliminó, pues llegó hasta a hacer prácticamente mínima su gravitación para los transportes de grandes volúmenes y  de  largas distancias.
En dicho reportaje el director de una importante empresa constructora emitió, entre muchos otros,  los conceptos que se glosan a continuación: con respecto a la infraestructura nacional dijo que “hay mucho para hacer”;  que “recién ahora se empezó a ver con conciencia el transporte ferroviario, que es muy necesario por la explosión que ha tenido el país a nivel de agroindustrias en los últimos años”. Agregó que también falta desarrollar “puertos para sacar la mercadería al exterior” y que  “faltan soluciones de vialidad urbana. El ferrocarril le puede cambiar la vida al país, sobre todo para la radicación de proyectos porque para transportar grandes volúmenes no hay cosa más eficiente que el ferrocarril”.
A ello se debe agregar, por ejemplo, que la existencia de ferrocarriles en normal funcionamiento, lo cual supone vías en correcto estado y también material rodante en buen funcionamiento, tiene el efecto de evitar que el traslado de muy grandes y muy pesados volúmenes de carga como es el caso, verbigracia, del tan  incrementado con  material forestal, al ser necesario su transporte por vía carretera,  afecta severamente la vida útil de los pavimentos, con el costo financiero que es de fácil comprobación a través de lo que incide en los respectivos presupuestos quinquenales y en sus refuerzos periódicos.
Además, la falta de buenos servicios de los ferrocarriles dificulta la tarea de conexión del transporte de cargas arribadas por vía marítima  con los diversos centros poblados del país, según con reiteración se ha  señalado por quienes tienen buen conocimiento de tan importante aspecto planteado por la necesidad de que exista adecuada logística en materia de  transportes.
La restauración ferroviaria es en verdad un muy indispensable asunto nacional. Piénsese al respecto que, tal como expresó públicamente en El País el 18 de abril. el Presidente de la Corporación Vial del Uruguay Sr. Arturo Echevarría, la cantidad de kilómetros de vía a recuperar es de 1.000 (un mil) kilómetros, de los cuales ya se  arrancó para solucionar 422.  Se pretende,  según señaló en esa nota el Vicepresidente de AFE Sr. Alejandro Orellano, que sea posible circular a una velocidad mínima de 40 kilómetros por hora, con una capacidad de carga de 18 toneladas por eje.
Según en esa nota se expresa, además de los temas relativos a la financiación, se debe definir cuál sería la forma de gestión, pues según también se señala, existen tres modelos al respecto: el netamente estatal, la concesión a un privado por determinado plazo y el modelo europeo denominado Open Access: el primero significaría la intervención exclusiva de AFE;  el segundo, concesión por 30 años, y el tercero, participación de varios operadores, estatales y privados, para cargas y pasajeros. En la nota a la cual se alude se informa que  en Latinoamérica en el único país en que hasta el momento todo lo ferroviario es estatal es en Uruguay, y con seguridad, si en la definición se alterara la situación vigente, ha de haber, lamentablemente, conflicto, pues según resulta de tal publicación, los trabajadores de AFE no comparten la posibilidad de que exista coparticipación con privados. Lo expuesto trata de exponer, aunque muy sinteticamente, la importancia del buen funcionamiento ferroviario y su actual realidad, la cual  requeriría  ampliar su extensión vial y resolver, bien y cuanto antes, lo necesario para lograr su fluido  funcionamiento. La opinión del Presidente a favor de tales servicios permite pensar que su restauración, tan  indispensable, se logrará finalmente. Es de esperar que sea pronto.