Deportes | 19 May “Este es el gran objetivo que nos trazamos a medida que pasaban los partidos, y que nos quedamos con la tabla anual. Hoy (ayer) ganamos el Uruguayo, que era lo que queríamos y para lo que trabajamos”, dijo el sanducero Egidio Arévalo Ríos apenas finalizado el partido que le dio a Peñarol el Campeonato Uruguayo.
“Cuando me llamaron para volver a Peñarol la gente que me tenía decía que no viniera, que Peñarol estaba muerto y no le ganaba a nadie. Pero, ¡mirá cómo cambiaron las cosas! Creo que tuvimos actitud y nunca nos dimos por entregados; esa fue la clave”, agregó.
Marcelo Sosa con lágrimas en los ojos, y Diego Alonso, coincidieron con que “esto es un sueño cumplido, no tiene palabras ser campeón uruguayo con Peñarol”.
El capitán Antonio Pacheco, también sumergido en el llanto, se abrazó al presidente mirasol, Juan Pedro Damiani, y luego al técnico Diego Aguirre. “Esto es impresionante y quiero agradecer a la gente”, dijo.
Darío Rodríguez, histórica figura de los carboneros que estuvo en la anterior consagración en el Uruguayo, hace siete años, se mostró tranquilo a la hora de festejar.
“Es una felicidad tranquila, es un título que a uno lo toma con mayor madurez, pero el último título siempre es el más importante. Creo que jugamos como todo el año, siendo generosos, disputando cada pelota como si fuera la última. Nos faltó en el primer clásico, no sé si por entrar más confiados, pero nos sorprendieron; y tuvimos la revancha en estos partidos para demostrar que merecemos el título”, indicó.
Sebastián Sosa, el golero que tuvo destacada actuación en estas dos finales, aseguró por su parte que “el camino para llegar acá no es fácil, y es por eso que se disfruta más. Este es un grupo bárbaro, que sabía que podía --con humildad y trabajo-- llegar a lo más alto. Son años que van pasando y era más de lo mismo, pero hoy (ayer) rompimos el maleficio y somos campeones”.