Locales | 17 May Un automóvil Ford A 1928 cerrado, dos puertas, termina de ser restaurado y luce como en sus tiempos de cero kilómetro. Pertenece a Carlos Filotto, quien lo tiene en su poder hace aproximadamente unos seis años.
El auto fue desarmado de punta a punta, revisado en todos sus detalles, recambiando algunas partes para recobrar su estado original. El clásico motor de cuatro cilindros y otras áreas mecánicas estuvieron a cargo de Víctor Costa, quien manifestó que es el original. Favio Frutos también participó en la parte final de los trabajos y expresó que el auto está muy bien.
Completada la parte mecánica y de chasis, se procedió a trabajar en la chapa y la pintura, decidiéndose por un color gris amarronado combinado con el techo de tono negro, una banda horizontal, estribo y guardabarros también de color negro.
El Ford A presenta dos grandes cristales laterales, uno de ellos correspondiente a la puerta y otro que hace las veces de luneta en la popa, zona donde se instala la rueda auxiliar. El rodado tiene las llantas originales con sus rayos de alambre.
El parabrisas de una sola pieza puede abrirse. Los grandes faros se ubican en los extremos de una barra que se une a los guardabarros. En el habitáculo se encuentra el tablero y volante original, dos butacas delanteras y el asiento posterior.
Un Ford A que luce muy bien presentado, consecuencia de una prolija restauración.