Paysandú, Lunes 24 de Mayo de 2010
Rurales | 22 May Productores de la región se interiorizaron en la chacra del doctor Jorge Borsani de la actualidad de la producción de durazno, oportunidad en la que se discutió la mejor tecnología de poda que permita obtener una planta vigorosa y, a la vez, que produzca una fruta de excelente calidad y tamaño.
Participó en la jornada el ingeniero agrónomo Avelino Casas, técnico de la Dirección General de la Granja (Digegra), del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), junto a representantes de la Dirección de Desarrollo Rural de la Intendencia de Paysandú.
Casas se refirió al paquete de la tecnología de producción que se divulgó a través del programa de reconversión hace unos años y que se lleva adelante en la chacra ubicada en el kilómetro 376 de Ruta 3, en la zona de San Francisco.
“Son unas 800 plantas por hectárea con riego localizado –por goteo-- con poda de raleos y despuntes y muy buenas alternancias de ramas productivas para conseguir fruta bien expuesta a la luz (que de buen color) y a la vez, una rápida renovación y buen crecimiento de ramas productivas”, dijo el profesional.
“Salimos de un año con una gran producción, pero que comercialmente no fue muy buena por los bajos precios”, indicó Casas en diálogo con EL TELEGRAFO.
Indicó que para el mercado interno “tenemos suficiente fruta, e incluso ya nos está sobrando un poco, pero para el exterior no tenemos armada una corriente exportadora de fruta como sucedía hace 20 años”.
La plantación en la citada chacra comprende 7 hectáreas de durazno –3.800 plantas de Early Grande y 2.400 plantas de Flor de Aquino-- y 2 hectáreas de ciruelos. “Hay duraznos tempraneros que aparecen a fines de octubre y noviembre, época en la que estamos libre de una plaga que es el loro, que no deja fruta al no haber muchas quintas en la zona”, dijo Borsani. “Esta ave recién comienza su actividad de daño a partir de diciembre”, explicó.
“La rentabilidad es muy poca”, subraya Borsani. “Desgraciadamente el clima ha cambiado tanto que todo se hace imprevisible. Las heladas han sido determinantes para que una parte del monte sufra todos los años algún embate de las heladas, tirándonos abajo la producción”.
El responsable de la actividad productiva, Marcos Tagliani, especificó que “la helada a 1,5 grado bajo cero quema el durazno y perdés el 40% de la producción. Lo que queda compite con la hormiga, hongos y loros”.
“No es fácil obtener una fruta presentable y rica a causa de muchas factores”, sostiene. “El cambio de tiempo es imprevisible. A las heladas se le suma la humedad, que determina la aparición de hongos que afectan a la fruta”. También hay problemas con la hormiga, “dado que las chacras linderas no matan”, dijo.
Citó además la problemática que genera el mal estado del camino que sale a la ruta. “El durazno y la ciruela son frutas tan delicadas que se machucan dentro de los cajones por los pozos y piedras. El esfuerzo que se realiza en la chacra se pierde en unos metros”.
comercialización
“La venta de lo que obtenemos no es fácil”, agrega Borsani. “Tenemos contactos en Montevideo, con empresas que trabajan con el Mercado Modelo, que nos compran habitualmente la mayor parte de la producción. También se vende en el mercado de Paysandú”.
“El año pasado logramos una buena producción, pero a fines de noviembre una baja en el precio del durazno no nos ayudó para que la producción sea rentable”, precisó. En este emprendimiento productivo local, en la etapa de cosecha trabajan unos 10 a 15 operarios.
difusión
Desde la oficina de Desarrollo Rural de la Intendencia de Paysandú, se difunden las actividades del sector granjero.
La ingeniera agrónoma Sandra Zibils sostuvo que en cuanto al durazno “la concentración mayor está en el sur del país; en el Litoral actualmente hay un núcleo importante de productores que producen esta fruta, y que significa el aporte de un 10% de la producción total de durazno en variedades muy tempranas y tempranas”.
Sostuvo que es importante “el tema organizativo a nivel de productores, porque individualmente no tienen la fuerza necesaria como para lograr una buena comercialización”. Acotó que “en eso se trabaja a nivel de organizaciones y sociedades de fomento”.
El ideólogo
“Siempre me gustó la chacra y lo complementé con mi actividad médica”, recuerda Borsani. “Pero quien tuvo la idea de hacer un monte y plantar duraznos fue el doctor Néstor Grillo, quien merced a la amistad con un fruticultor del departamento de Salto, en el año 1999 me planteó la posibilidad de repetir la experiencia de ese productor, plantando unas 10 hectáreas en mi chacra”.
En esa época había beneficios especiales de un programa denominado Predeg. “El productor efectuaba la plantación de la fruta que deseara y se devolvía al productor parte del costo que determinaba la plantación. Además, el Pronader realizaba pozos para obtener el agua y con pagos a 8 o 10 años”.
“Al fallecer Grillo, quedé solo en esto, porque si bien a la familia le interesaba el emprendimiento, no estaban dispuestos a seguirlo, pero indudablemente esto es fruto del trabajo de ese estimado profesional”, sostuvo.
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