Opinion | 25 May La entrega de la denominada Tarjeta Joven en Paysandú ha sido, expresado a la usanza popular, “un parto”. La frase viene como anillo al dedo porque además han transcurrido nueve meses desde que se informara públicamente el inicio de la entrega de dicha tarjeta bajo una nueva modalidad --que preveía mayores beneficios-- a jóvenes de entre 14 y 29 años.
Ésta comenzó a emitirse a mediados del año pasado en Montevideo, aunque para los sanduceros esa posibilidad existe recién desde hace un mes y sólo cien jóvenes la han tramitado.
Según lo informado, la nueva Tarjeta Joven, que debe utilizarse junto con la Cédula de Identidad, serviría para obtener numerosos beneficios además de planes bonificados de teléfonos celulares. Entre ellos, se había anunciado la posibilidad de acceder a descuentos en varios comercios de plaza, así como en institutos educativos, servicios de emergencia médica y farmacias, entre otros, a la vez que se están tramitando otros beneficios vinculados a posibilidades de recreación y turismo en el departamento. Sin embargo, a la fecha sólo ocho comercios han adherido a este plan y las ventajas se limitan a los descuentos para compras en efectivo.
Además, en 2009 el Instituto Nacional de la Juventud (INJU) firmó un convenio con el Banco República y el Ministerio de Desarrollo Social para emitir una tarjeta prepaga de alcance mundial (se le carga la suma que el cliente quiera y se opera contra esa suma) y una tarjeta de crédito de uso regional (Mercosur y Chile) para quienes tengan Tarjeta Joven. Sin embargo, por diferentes causas, el acceso de estas tarjetas –lo más novedoso de este plan, que ya se ha lanzado infinidad de veces pero siempre con los mismos beneficios-- no está disponible para los jóvenes sanduceros, si bien desde mediados del 2009 están emitiéndose en Montevideo. En definitiva, todo el asunto se ha demorado demasiado y lo poco que se hizo no llena las expectativas. De esta manera, los jóvenes se sentirán defraudados una vez más con una “Tarjeta Jóven” que hasta ahora solo ha resultado interesante para obtener descuentos en telefonía celular, para lo cual a esta altura ni siquiera sería necesaria por la infinidad de planes que brindan las tres compañías del ramo. Las promesas hay que cumplirlas, y por otra parte resulta poco serio para el INJU habilitar ciertas cosas para los jóvenes capitalinos desconociendo los iguales derechos que tienen los del Interior. También habla mal del organismo y sus operadores locales anunciar cosas que tardan meses en concretarse y luego apenas si se cumplen a medias.