Opinion | 22 May Por falta de quórum no tuvo andamiento en la Junta Departamental una moción presentada por el Ejecutivo referente a la construcción de un monumento en homenaje a los Mártires de Chicago sobre el cantero central de avenida Salto y la denominación de toda la extensión del mismo con el nombre “Paseo lineal 1º de Mayo”. Por tal motivo, de mantenerse la aspiración la Intendencia deberá reingresar la solicitud y así ponerla a votación una vez más.
En una ciudad industrial en la que abundan los reconocimientos a cuanta personalidad extranjera o gesta heroica pueda recordarse, no está de más destinar un espacio para los Mártires de Chicago, obreros caídos durante la huelga iniciada por trabajadores de Estados Unidos el 1º de mayo de 1886, fecha que paradójicamente es intrascendente para el trabajador norteamericano. Es de recibo entonces la inquietud del Ejecutivo departamental, respaldada por la central obrera Pit Cnt, aunque disentimos respecto al nombramiento de todo el cantero central de la citada avenida. Consideramos que no es apropiado porque una calle es un todo y resultaría absurdo atomizarla con nombramientos sector por sector, que llevado al extremo resultaría en que cada vereda tenga una denominación diferente, por ejemplo. De hecho en el mencionado cantero, frente al Obelisco ya existe la plazoleta República Argentina, pero a nadie jamás se le ocurriría denominar de esa manera al jardín central de la arteria desde allí hasta Bulevar Artigas.
Lo que Paysandú precisa son nuevos espacios comunitarios, como quedó demostrado en la solicitud presentada en 2005 a través del presupuesto participativo y que a la postre resultara ganadora, de construir una plazoleta en el distrito Oeste. Durante este período poco se ha avanzado en este sentido, puesto que lo único que se hizo fueron modestos ornamentos en lugares que ya existían como paseos públicos, y que fueran inaugurados con toda la pompa característica de un acto político. Pero una ciudad en constante crecimiento necesita a su vez pulmones que acompasen el desarrollo urbanístico. Sería entonces más apropiado que se haga una verdadera plaza donde se considere oportuno y ahí sí, recordar como corresponde a los Mártires de Chicago, en lugar de seguir inventando pedacitos de homenajes.