Deportes | 27 May Uruguay se despidió de su público, en un repleto Estadio Centenario, goleando por 4 a 1 a la selección de Israel, previo a lo que será la partida de los celestes  rumbo a Sudáfrica para afrontar el Mundial 2010. Más allá del resultado, que se sumó a una verdadera fiesta, está claro que el gran objetivo de este partido amistoso internacional fue ver en acción al equipo, observar a algunas figuras de cara a la definición del plantel que afrontará el Mundial (el fin de semana se conocerá cuáles serán los 23 jugadores), y comenzar a imaginarse cómo se plantará la selección uruguaya de fútbol a la hora de afrontar la cita mundialista.
Y, en ese sentido, quedaron cosas en claro. Uruguay fue más a lo largo del partido, y eso quedó reflejado en el marcador.  Los celestes se plantaron con línea de tres, presentando dos volantes por afuera que permanentemente se desdoblaron en ataque y llegaron en profundidad a la última línea. Esa es una de las intenciones del cuerpo técnico que lidera Oscar Tabárez, más allá de que jugar con tres o cuatro en la última línea dependerá seguramente de la cantidad de delanteros que presente el equipo rival.
Otra de las premisas es la presión constante sobre la pelota, sin importar cuál sea la zona en la que se encuentre y sin interesar la posición original de cada futbolista en la cancha, teniendo todos la obligación de sumarse al sacrificio de la contención.
Y la apuesta a tocar, a manejar la pelota, es una constante para poder generar fútbol y llegar con posibilidades de gol. Ignacio González, en ese aspecto, estuvo en la lupa; sobre todo teniendo en cuenta que el volante fue en su momento pieza clave en la generación futbolística durante las eliminatorias.
Una lesión primero y la falta de continuidad después, lo alejaron de la selección pero anoche apareció gran parte del talento del jugador que, para empezar, dejó solo de cara al gol a Forlán para abrir el marcador.
En ese primer tiempo aparecieron cosas a corregir, como el espacio generado entre los volantes y la defensa, lo que seguramente continuará siendo trabajado de aquí en más, previo al viaje a Sudáfrica del 4 de junio, y durante la estadía en Kimberley.
Para el segundo tiempo Uruguay pasó a una línea de cuatro, comenzaron a sucederse los cambios, pero el equipo volvió a funcionar en mejor manera cuando se volcó a los laterales a la mitad de la cancha. Una exquisita jugada de toque y velocidad culminó con el gol de Abreu, que después agradecería la gentileza de Cavani que le cedió el cuarto.
La fiesta fue completa. El Presidente José Mujica entregando al plantel la bandera uruguaya que se desplegará en la concentración en tierras sudafricanas (“Uruguay no va a una guerra, va a una fiesta deportiva”, dijo); la gente despidiendo a la selección y soñando con lo que se viene; un resultado esperado pero, sobre todo --y más allá del rival de turno-- la intención de juego que puso de manifiesto la selección anoche, como hace más de dos meses frente a Suiza. Uruguay ya sueña con Sudáfrica.
 URUGUAY 4 ISRAEL 1
Escenario: Estadio Centenario. Público: 60.000 personas. Arbitros: Enrique Osses (Chile), Marcelo Costa y Carlos Changala.
Uruguay: Fernando Muslera, Andrés Scotti, Diego Lugano (46’ Sebastián Eguren), Diego Godín, Maximiliano Pereira, Diego Pérez (62’ Egidio Arévalo Ríos), Walter Gargano (46’ Nicolás Lodeiro), Álvaro Pereira (71’ Martín Cáceres), Ignacio González, Luis Suárez (62’ Edinson Cavani) y Diego Forlán (46’ Sebastián Abreu). DT: Oscar Tabárez.
Israel: Dudu Aouate, Kalmi Saban (77’ Ali Othman), Dekel Keinan, Shai Maimon, Yoav Ziv, Bibras Natcho (73’ Elyaniv Barda), Avijai Yadin (54’ Nir Biton), Lior Refaelov, Ben Sahar (64’ Itai Schechter), Guil Vermuth (60’ Maor Melikson) y Roberto Colautti (57’ Shlomi Arbeitman). DT: Luis Fernández.
Goles: 15’ Diego Forlán, 30’ Lior Refaelov, 34’ Alvaro Pereira, 75’ y 81’ Sebastián Abreu.