Paysandú, Domingo 30 de Mayo de 2010
Locales | 29 May Los docientos años de faena que cumple el actual Frigorífico Casa Blanca proponen varias formas de festejos, según definió el principal de la empresa Eugenio Schneider. En ese marco está la creación de una escuela de navegación, la reformulación del viejo Club Casa Blanca, el relanzamiento -muchas décadas después de su cierre- de la vieja pulpería como un restaurante que pretende ser destacado por su servicio, la adecuación de un gran galpón del siglo XIX como centro cultural para distintas artes, desde teatro hasta música y hasta escribir y editar un libro que narre toda la historia de la industria cárnica, su desarrollo como tal y su influencia en la zona, su centro poblado, y hasta en Paysandú.
DEPORTES Y SOCIABILIDAD
El Club Casa Blanca estaba parado hace más de 10 años, aunque en algún momento intentó armarse un equipo de fútbol. “Y yo siempre detesté eso, creo que el club debe ser un lugar social, donde la gente haga deporte, no que mire como otros corren, sino que lo hagan ellos mismos, gimnasia, voley, cricket”, explicó Schneider.
Relató que “jugando con esas ideas, tomamos el viejo edificio cuyos baños estaban derruidos, no tenían ni cámara séptica. Decidimos hacer una batería de vestuarios, con baños modernos y del primer mundo. Luego se refaccionó el viejo edificio, el bar, con una cocina totalmente de acero inoxidable, se arregló el mostrador de madera y la vieja heladera. Tiene pinta de bar”, explicó.
Por otra parte, el salón contiguo fue acondicionado como sala de fiestas y de juegos, y “pusimos sillones, billares, pool, juego de ping pong. Un lugar de recreación”.
Para hacer gimnasia, “hicimos un quincho grande, de más de 200 metros cuadrados, que costó unos 25.000 dólares. En total invertimos 150.000 dólares, y está previsto invertir otros 50.000 en desarrollos nuevos”, adelantó.
El club pertenece al frigorífico Casa Blanca, “y es manejado por mi directora de desarrollo, María Noel Estrada, que se va a ocupar que el club funcione”.
Además, “hay una sede náutica, con veleros y vestuario junto al río, con una escuela que ya está funcionando”.
En este marco, también vendrá a principios de octubre un velero francés con 24 tripulantes, a visitar Casa Blanca como parte de un recorrido por los principales ríos del mundo, que incluye el Orinoco, el Amazonas, el Paraná y el río Uruguay.
El club también tiene una sede ecuestre, con los corrales frente a la escuela, y “ahí se va a enseñar equitación, andar a caballo en alguno de los 15 que ya compró el club. Después se hará algo de equinoterapia, algo que se discontinuó en Paysandú y hay demanda”. También habrá alquiler de caballos para recorrer la zona.
“SERVICIOS DE PRIMER NIVEL”
La presentación formal del club, estuvo dirigida a “la gente de Paysandú, no la de Casa Blanca, y eso es por dos motivos: uno es tratar de generar cambios en la gente de Casa Blanca, que la gente que nunca compró una casa, nunca instaló un baño, siempre vivió en las casas del frigorífico, ahora vive en las casas del Ministerio de Vivienda, pero viven en unas condiciones... no digo primitivas, pero la influencia civilizadora del club, a través de buenos equipamientos y buenos profesores. Lo otro es ‘yo necesito gente de Paysandú como socios, porque ellos van a influir sobre la gente de acá’”.
Sobre si los habitantes del poblado serán socios, dijo que “recién presentamos el club. La cuota mensual es de trecientos pesos, y mucha gente de Casa Blanca no va a poder, o va a creer que no puede, porque todo depende si compra menos cigarrillos o toma menos whisky. Pero la cuota es de $ 300 para mayores, para menores hasta 15 años $ 150. Y para entrar al club sin ser socio, hay que pagar $ 40. Y puede ir al bistró, hay una boutique, una peluquería, depilación, pensamos en masajes también. También habrá guardería por si quieren venir con los niños, hay seguridad, hay portero, hay administración, Internet. Todos servicios de primer nivel, como para que sea un centro social”.
En el club trabajarán siete personas, que no se ocuparán de la burocracia ni la economía, que lo cubrirá el frigorífico. “Eso le da otro respaldo, porque nunca va a faltar plata. El club está bancado por el frigorífico, pero esperamos que en un mes o dos las cuotas den para pagar los salarios, la luz y el agua. Y si hay que hacer más inversiones, está la plata para hacerlo”.
Este club privado, que pertenece totalmente al frigorífico y hasta sus empleados son de la empresa, está enmarcado “en una política empresarial, que es tener el club”.
Ahora, según Schneider, “viene la captación de socios. No hay cuota de ingreso, pero hay que depositar tres cuotas. Y todo va a ser electrónico, para entrar habrá un carné que un lector dirá si es socio y está al día y si no está al día, no puede entrar”.Aclaró que “si la persona es pobre, podrá plantear un subsidio al frigorífico. Y hay chicos que ya están navegando y sabemos que a los padres les puede parecer caro. Y vamos a considerar, en función de lo que gana si trabaja acá”. La idea de Schneider es que “haya socios de Casa Blanca, los que puedan serlo, alguno será subsidiado por los niños, y esperamos que haya socios de Paysandú”.
Sin embargo, no espera “una avalancha de socios al principio, pero sí sabemos que ya habrá unos 80 socios que son gente que trabajan acá, personal con cierto nivel”.
UN CLUB CIVILIZADOR
Para Schneider, el club será importante “para civilizar a la gente de Casa Blanca y a otra, en cuanto no ensuciar, no romper las cosas, comer eficientemente”. Dijo que “hay muchas cosas que tienen que cambiar, hace diez años que vivo acá y los conozco, y no están acostumbrados a otra cosa. No tienen canillas, y baños. Y esa gente tiene que empezar a reaccionar, aunque muchos lo hacen sobre todo los jóvenes. Pero a las personas mayores se les hace cuesta arriba. Y si yo no hago algo para que los niños, también en sus ratos de ocio, vivan en un mundo civilizado, después terminan haciendo las cosas mal”.
Dijo que la gente de la zona “se tiene que reconvertir, y eso se está haciendo. Sin el club también se hace, pero es mucho mejor si el club apoya. Y queremos que se civilice, que haya cambio de hábitos para que trabajen en el frigorífico. Somos una empresa exportadora, con un montón de exigencias.”
Entiende que “con una actividad social, agradable, que implique bañarse en una buena ducha después del deporte, no tirar las cosas al piso, son cosas simples”, y la gente las tomará como propias. También cree que “si hacen deportes bajo la dirección técnica de un especialista, la persona también aprende movimientos que no está acostumbrado a hacer en conjunto con otros, y de repente deja de fumar, o de tomar. Va a tener una mejor salud para desempeñarse en el trabajo. Estamos ofreciendo la oportunidad de ser mejores, más sanos, más resistentes”. Schneider cree que “hay mucha influencia que se puede lograr a través del club, y yo lo llamo civilizadora”.
De todas maneras, entiende que habrá un filtro natural para la clase de socios, y “es el precio de la cuota, y recibirán subsidio gente de acá. En eso, además, apuesto a los jóvenes”.
Por otra parte, sostiene que “la gente no está acostumbrada a pagar por lo que recibe. El frigorífico nacional (anterior propietario) los envició”.
“La casa que viven, hasta el día de hoy, nunca tuvieron que pagar por ella. Y ahora que será de ellos, mejorarán su forma de vida, aunque todo esto es muy variopinto”.
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