Locales | 28 May Fue presentado ayer el avance en la construcción del nuevo aulario del Centro Universitario Paysandú, tratándose de la primera etapa de un proyecto que consta de tres plantas en las que se construirá un total de 14 aulas, sumadas a otros espacios previstos para integrar los tres inmuebles: el ateneo, el edificio de la esquina y el predio donde se está construyendo dicho aulario.
Desde fines de enero se está edificando la primera fase del conjunto del aulario ubicado en los fondos del predio de calle Florida, adquirido por la Universidad. La etapa actual constará de seis aulas distribuidas en tres pisos, a razón de dos aulas por planta, además de las circulaciones y la escalera de acceso. Perforaciones del Litoral, empresa sanducera que resultó adjudicataria de la obra en un llamado a licitación pública, ha estado realizando la “obra rústica” de hormigón armado de los diferentes niveles, trabajos que en primera instancia se estará llevando adelante hasta completar y habilitar el uso del sector de salones.
Luego, en la medida que se concreten los fondos previstos para el resto de la obra se iniciaría la segunda etapa, que significará, entre otras cosas, la demolición de la casa del frente que da sobre calle Florida --actualmente en uso-- y el resto de la serie de aulas dispuestas en los tres pisos.
“Lo importante es entender la intervención de esta obra en un conjunto de acciones que están programadas en un plan de desarrollo edilicio. No es una operación aislada que termina este año, sino que el propio conjunto de aulas es una de las instancias de un plan general de intervención que abarca el conjunto del predio: el ateneo, el edificio ubicado en la esquina de Montevideo y Florida y este nuevo predio donde se montará el aulario para que funcione como un conjunto integrado con sectores de aulas, administrativo, y otros para actividades que conciten de mayor número de público, como una sala de exposiciones que se construirá en un primer piso sobre calle Montevideo”, explicó el encargado de la obra, arquitecto Walter Castelli. Precisamente en esa área se ubicará un sector de edificios totalmente diferente al ateneo, que se enlazará a través de una serie de galerías con el aulario situado en el lado este del predio, donde además se instalará un ascensor.
Un primer piso constará de cuatro aulas y un hall de entrada, en tanto la segunda y tercera planta contarán con cinco salones, además de una sala de exposiciones y reuniones en el segundo piso.
Las catorce aulas finales albergarán a unos 700 alumnos en total, a razón de unos 50 estudiantes por salón. Éstos son de dimensiones similares entre sí pero además tienen un sistema modular sencillo, con tabiquerías livianas y desmontables que en caso de ser necesario podrían doblar su tamaño quitando las divisiones para concentrar a 100 alumnos.
Esta primera parte estaría culminando en octubre, lo que significa que para esa fecha queden prontas para usar las seis aulas licitadas --dos por planta--, las que ya tienen los fondos adjudicados, además del contrato con la empresa antes mencionada para dejarlas terminadas. Para la segunda etapa quedará la construcción de las ocho aulas restantes.
Cápsula del tiempo
Se enterró en el patio del CUP, junto al ceibo, una cápsula del tiempo que será extraída en 2110. En ella se guardaron varios elementos entre ellos, un diario del día para dar cuenta de la situación del Paysandú de 2010, fotografías que recogen diferentes momentos de la vida del Centro Universitario, de la gente que por allí pasó, de las distintas partes del edificio, imágenes que muestren a las generaciones venideras cómo era el Centro 100 años atrás; un informe que recoge la memoria anual del CUP y un mensaje escrito y firmado por los ayer presentes en el acto. La idea fue dejar una seña en el marco de este primer paso del proyecto que contribuirá con el desarrollo de Paysandú.
“A la gente que aquí trabaja se le ocurrió dejar una especie de seña emblemática que signifique la primera etapa de un gran proyecto, y así dejarle algo a las generaciones futuras y se les ocurrió que fuera dentro de 100 años. Fue una discusión elegir qué cosas poner en esa cápsula y nos pareció que el papel es lo más permanente para que luego puedan leerlo”, manifestó la directora del Centro Universitario Paysandú, Ing. Agr. Margarita Heinzen.