Paysandú, Lunes 07 de Junio de 2010
Rurales | 03 Jun La faena de vacas gordas continúa siendo alta en nuestro país y sigue superando a la de novillos en lo que va del año, situación que se arrastra desde hace casi dos años a un ritmo creciente y que tiene muy preocupada a la industria frigorífica.
Más allá de los perjuicios que representa para 2010, hay dos antecedentes que deben ser tenidos en cuenta respecto a situaciones similares. En 1982 con el “quiebre de la tablita” y en la sequía de 1988-1989.
El secretario ejecutivo de la Cámara de la Industria Frigorífica (CIF), Daniel Belerati, sostuvo que “estamos muy preocupados por la alta faena de vacas porque no sólo se da este año, el año pasado también se mataron más vacas”. Desde su punto de vista, debe convertirse “en una señal de advertencia para el sector agropecuario porque, por un lado, se ganará mayor eficiencia en el índice de procreos (se entoraron más vaquillonas), pero por otro se reducirán los nacimientos anuales al haber menos vientres en el rodeo”.
El Instituto Plan Agropecuario (IPA) proyectó una baja de 7,5% en el stock ganadero para el cierre del ejercicio 2009/2010 que vence a fin de mes.
La proyección del IPA, a cargo del técnico Esteban Montes, también confirma otro temor de la industria frigorífica: habrá menos terneros como efecto de la sequía. “La caída del stock tiene su explicación en la baja producción de terneros como consecuencia de la sequía 2008/09. La caída en el número de terneros será de 800.986”.
Otro de los aspectos que se destaca en la proyección del IPA es una caída de 6,3% en el total de vaquillonas y un aumento de 4% en la categoría de novillos, lo que no parece reflejarse en la composición de la faena, la que tiene una mayoría de vientres.
Montes dijo a El País que la merma de vaquillonas “es producto de un mayor ingreso de vaquillonas a entore a los dos años por una gran producción de forraje este año”. El técnico precisó que los productores, “a medida que se entraba en el entore, ingresaban al servicio a las vaquillonas que se iban preparando”.
“Esto fue, en principio, para hacer caja y, por otro lado, para retener los novillos y por eso hay un aumento de esta categoría”, explicó el técnico.
Para la industria cárnica, que el trabajo del IPA confirme la presunción de que se perdieron más de 800.000 terneros por la sequía, es otra señal de preocupación.
“Esos terneros menos pesarán en la faena del año que viene en forma durísima. La pérdida implica menos carne para la exportación, menos trabajo para los empleados de los frigoríficos y mayor capacidad ociosa a nivel industrial. Por lo tanto, el sector tendrá menor competitividad”, sentenció Belerati.
En las gremiales rurales se destaca que el hecho de que se estén faenando más vientres que novillos no puede ser asociado con una liquidación del stock vacuno del país, como podría pensarse, sino que obedece a problemas netamente coyunturales.
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